Seducida por un Extraño
Seducida por un Extraño
Por: Tamy Machado
Capítulo 1 - Intimidante (I)

Asier.

5:30 am

Un ruido extraño y atronador comenzó a traerme de regreso de ese maravilloso mundo de los sueños y de los amados brazos de Morfeo, aun con los ojos cerrados y con la molestia de conseguir mi móvil, rebusque como pude por debajo de mis almohadas maldiciendo por lo bajo al no dar con el bendito aparato del demonio que no paraba de pitar y avisarme que era hora de levantarme, abrí uno de mis ojos y presione posponer, lance el móvil a un lado y volví a dormirme.

No sé cuánto tiempo permanecí dormida hasta que de nuevo el ruido me despertó, esta vez maldiciendo y gritando tome el puto móvil y le dije con enfado   

 — Si, si ya entendí joder, es hora de levantarme

Apague la alarma sin prestar mucha atención, pero al fijarme en la hora toda la pereza y sueño que quedaban en mi organismo se desvaneció por completo eran las 6:45 am, mi alarma había estado sonando por 45 minutos y yo no lo note, se me hacía tarde. Maldición ese no era un buen día para que eso ocurriera, me levante como alma que lleva al diablo y abrí la puerta de mi habitación que para variar volvió a trabarse, maldecí nuevamente por lo bajo y logre abrirla para luego chocar con una radiante luz que me cegó.            

— ¡Pero bendito Dios! ¿Quién dijo que el Sol tendría que brillar con tanta intensidad y tan temprano?   

Una ruidosa carcajada sonó al fondo del pasillo respondiendo a mi odiosa exclamación matutina, camine como un zombie hacia donde había escuchado la risa y la encantadora voz de Dani me saludo.        

— Buenos días vampirita, ¿cómo estas? tu móvil tiene horas sonando

Mire mal a mi mejor amiga que me devolvió una encantadora y perfecta sonrisa     

—Sí, si buenos días... ¿por qué no me llamaste Dani? —conteste de malhumor y con voz ronca.

 Ella volvió a tomar un sorbo de su humeante taza de café y simplemente se encogió de hombros y respondió 

—Pensé que lo tenías todo bajo control —la fulmine con la mirada y continué hasta la cafetera nuestra otra mejor amiga.

Tome una taza de uno de los gabinetes y me serví el humeante y delicioso néctar de la vida, que en definitiva alegraba todas y cada una de mis mañanas, en cuanto el líquido toco mis labios el colorcito típico de las ricas mañanas de mi vida me tibio el cuerpo.

Después de tomarme un momento para sentir el efecto del calor que poco a poco regresaba a mi cuerpo suspire y decidí entonces responderle a Dani.

—ja, ja, ja se supone que eres mi mejor amiga ¿no?, en todo caso, ¿qué haces tan arreglada un Martes por la mañana?

Dani me miro fingiendo un poco de sorpresa por mi dulce comentario sobre nuestra amistad y me respondió con esa sonrisa dulce y encantadora que le dedicaba a todos y cada uno de sus pacientes  

—Nena, soy la mejor amiga de todo el mundo, eso te lo aseguro, pero entrar a ese submundo que tienes por habitación un día tan especial e importante para mi seria simplemente deprimente y no cariño, necesito toda la luz que tanto odias por las mañanas —su voz sonó tan dulce y tan empalagosa que sin poder evitarlo puse los ojos en blanco.

Además hizo énfasis en eso de un "día tan especial" que de golpe caí en la cuenta de mi error, corrí hasta ella y la envolví en un fuerte abrazo y de la manera más dulce que mi odiosa voz matutina fue capaz de crear le dije

 —Ay Dani, amiga... yo... lo siento ¿sí? lo olvide por completo, con lo de la salida de ayer y la entrevista de hoy lo olvide por completo, aaafff que amiga tan horrible soy, ¿me perdonas? —Dani rodeo mis brazos y me miro con un odio fingido y luego soltó una enorme carcajada me dio un beso en la mejilla y me dijo

—Tonta anda arreglarte que llegaras súper tarde a tu entrevista y mira que esta es súper importare y por favor haz algo con tu cabello y esas ojeras si? estas fatal amiga —al separarme de ella le sonreí y me guiño un ojo muy sonriente, tomo un sorbo de su taza y se levantó para recoger sus cosas e irse, la vi caminar hacia la puerta del piso súper hermosa como solo ella podría estar un martes a las 6:45 de la mañana y le grite

—Éxitos Harley Quinn, espero que ningún Joker se enamore de ti e intente asesinarnos —volteo bruscamente y me saco el dedo corazón haciendo esa obscena y tan conocida ofensa, empecé a reírme y mientras ella cerraba la puerta tras de sí y me dejaba sola en el pasillo,  exclame

—Mierda, llegare tarde —corrí nuevamente por el pasillo en dirección al baño.

Donde rápidamente me quite mi sexy pijama de los vengadores y me metí a la ducha, hoy por su puesto no habría un largo y relajado baño caliente, hoy tocaba joderse y aguantar el agua fría, lave mi cabello y mi cuerpo rápidamente, tuve cuidado al pasar mis manos por mi antebrazo ya que allí estaba mi nuevo y deslumbrante tatuaje, una exclamación que siempre usaba y que la vida se había encargado de demostrarme que era muy pero muy cierta "la vida sola se equilibra" lo contemple con orgullo y sonreí, luego aquella voz en mi cabeza me urgió

—Sigue contemplándolo con cara de idiota que justamente esa bendita tinta pagara las facturas.

Moví mi cabeza para avisparme y salí de la ducha, fui corriendo nuevamente a mi habitación la cual encontré por supuesto a oscuras como si de una cueva a media noche se tratara, sonreí para mis adentros y me recordé abrir las cortinas antes de irme para que Dani no sufriera tanto por mi supuesta obsesión por dormir en un cuarto tan oscuro como la noche misma.

Busque a tientas el interruptor y finalmente la luz lleno el espacio, corrí al armario busque unos jeans tubito de color negro, una blusa muy ligera y fresca manga tres cuartas de color marfil, busque entre mis zapatos unos tacones negros de aguja me los coloque y me mire al espejo.

Era una entrevista importante, quizás la más importante en toda mi carrera como Diseñador Gráfico y tenía que ser perfecta, pero al mirarme al espejo me di cuenta que por más que intentara ir justo como Dani me había recomendado, porque según ella de esa manera con tacones me veía perfecta.

Pero me lo replantee tire los tacones a un lado y busque mis converse negras, volví a mirarme al espejo y listo ahora si estaba perfecta. Tome mi maquillaje e hice lo de siempre, delinee mis ojos con un delineador negro, aplique mascara a mis pestañas, un poco de rubor en mis mejillas, tome un lápiz labial de tono muy claro y lo aplique sobre mis labios, me contemple un poco más inspeccionando si realmente era suficiente con eso y me dije a mi misma.

—Estas para que te contraten y te asciendan, todo en el mismo día —esa vocecilla en mi cabeza rio fuerte y me respondió.

—Ni en tus mejores sueños nena —y simplemente la ignore.

Tome la bufanda negra que tanto me gustaba la ajuste a mi cuello, mi cazadora de cuero negra, mis lentes de sol, mi bolso y cuando ya estaba a punto de salir joder, aún no había hecho algún milagro con mi cabello, tire todo al suelo y volví a mirarme al espejo, pues no había mucho que hacer mi larga melena con rizos negros no iba a colaborar aquella mañana y mucho menos húmeda como estaba, ya haría una trenza en  el coche antes de bajarme o simplemente una cola de cabello.

Volví a recoger todo del suelo, y salí al pasillo ya cuando estaba a punto de salir recordé que el móvil había quedado en algún lugar buceando entre mis almohadas, maldecí nuevamente y corrí a mi habitación, tire las almohadas al piso buscando el endemoniado aparato y nada, no lo vi por ningún lugar.

Cuando el muy malnacido tiene que hacer un escándalo no lo hace, pensé.

Finalmente más estresada con cada minuto que pasaba tire de las sabanas con fuerzas y el móvil cayó al suelo lo tome, lo metí en el bolsillo trasero de mi pantalón y camine hacia la puerta. En ese momento recordé la fastidiosa voz de Dani chillando en mi cabeza, recordándome constantemente que abriera las putas cortinas, corrí de regreso a mi cama me trepe como pude sobre ella y de un solo tirón hale las cortinas que fueron a parar al otro extremo de la pared y una fuerte luz encandilo mis ojos, volví a maldecir la creación del sol y salí corriendo de mi habitación dejándola hecha un completo desastre pero con las cortinas abiertas que era lo importante.

Baje corriendo las escaleras porque no había tiempo para esperar el puto ascensor que se demoraba una eternidad, por suerte solo eran 2 pisos, llegue  a la entrada del edificio y parpadee cuando el sol otra vez le hizo daño a mis ojos.

—¡Maldito sol! —exclame.

Coloque mis gafas y corrí nuevamente hasta el coche, abrí el bolso y comencé a rebuscar entre el millón de cosas que tenía dentro y que no me había tomado la molestia de sacar la noche anterior, sentí odiarme por no ser un poco más ordenada en mi vida.

Suspire tratando de calmarme, cuando me di cuenta que en ese puto estado no conseguiría las llaves ni porque tuvieran un cartel de neón apuntándolas, cerré mis ojos respire profundo y ya un poco más tranquila continué buscándolas, finalmente las localice al fondo del bolso, abrí el coche metí las cosas en el asiento trasero y me subí, ajuste todo y salí pitando del estacionamiento como si me lo estuviese robando.

Ya más tranquila y de camino a mi entrevista, comenzó a vibrarme el culo, si, el culo me estaba vibrando, levante un poco las caderas y saque mi móvil, un número no identificado me marcaba, conteste.

—¿Sí, hola? —del otro lado la voz de hombre me saludo.

—Hola ¿qué tal? buenos días, hablo con Asier verdad? —extrañada conteste.

—Sí, ella habla —el chico continuo.

—Te llamo desde Blue Oceans para notificarte que tu entrevista fue re-programada para las 10:30 am ya que el Sr. Richardson tuvo una emergencia y llegara un poco tarde —puse mis ojos en blanco por el fastidio y le conteste al chico lo más amablemente que pude.

—Oh ¿en serio?... genial, está bien gracias por avisarme —y sin esperar que me contestar tranque.

Lance el teléfono al asiento del copiloto suspire resignada y pues como ya no había apuros, encendí el reproductor y deje que sonara la radio, Bruno Mars invadió de inmediato mis oídos con su genial y pegajoso tema That’s what I like, me relaje, comencé a mover mis hombros al ritmo de la música, adoraba esa canción ¿y cómo no? subí el volumen y empecé a cantar.

Luego de recorrer la distancia que había hasta Blue Oceans busque donde aparcar el coche, tenía al menos un par de horas para irme a desayunar y e inyectarme otra dosis de delicioso café, finalmente conseguí donde aparcar el coche, tome mis cosas y me baje, de inmediato una fresca brisa marina inundo mi olfato y traspaso mis sentidos, suspire y sonreí.

Realmente tenía que conseguir este empleo, adoraba este lugar y lo que se hacia allí dentro, me gire y contemple en la distancia un enorme edificio de color azul y gris, rodeado de un sin fin de caminos y jardines hermosos, al fondo el océano, suspire una vez más y decidí buscar una cafetería por los alrededores.

Sabía que había visto una el día que había pasado a conocer las instalaciones e investigar un poco sobre lo que allí se hacía y efectivamente en la esquinas alejada a la entrada principal del estacionamiento una cafetería con el mismo nombre de la empresa donde ansiaba tanto trabajar, colgué mi bolso en uno de mis hombros, y me dirigí hacia allí, ya con cierto alienígena rugiendo en mi estómago.

Cuando me encontraba a escasos metros de la cafetería sonó nuevamente mi móvil, esta vez era Dani, quien saludo muy felizmente

— Aquí Harley Quinn, ¿allá quién? —sonreí por su tono y lo que dijo y por supuesto respondí.

—Aquí Deadpool con ganas de insertar y rasgar varios culos con mis catanas — en el momento en que escucho mi respuesta exploto en carcajadas.

Sonreí y gire mi cara a un lado y al otro para cruzar la calle, mientras esperaba que la loca de Dani controlara su risa continué el recorrido hacia el café, en ese momento paso algo extraño, mire a un chico que se acercaba.

Alto, como de un 1.80 cabello negro corto, con 2 aros en la parte superior de su oreja izquierda, había una ligera barba en su cara, de esas que salen a los 3 días de no afeitarse, pero tenía forma y estaba cuidada, esta enmarcaba unos labios carnosos y rojos, vaya sus labios, la forma de corazón perfecto en su labio superior y el inferior, wow, no sé pero su boca en conjunto con la barba me descoloco por completo, demasiado provocativa.

Seguí recorriendo su rostro hasta sus ojos y cuando me topé con ellos sentí que todo a mí alrededor se detenía incluyéndolo a él, mi boca se secó, mi corazón se aceleró y por un instante me maree. Allí estaba yo, totalmente perpleja ante el color de sus ojos y su intensa, inexpresiva e intimidante mirada.

Nota del autor: hola mis preciosas, bienvenidas a esta intensa y apasionada historia, queria tomarme unos segundos para saludarles y agradecerles enormemente la oportunidad y por leernos un beso enorme les adoro!

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