¿Qué hace ella aquí?

Alalia

—Para comenzar, quiero que vengan conmigo a Madrid —mi padre pide y yo sigo en silencio intentando procesar todo, no se como sentirme, mis padres son maravillosos y aunque no me gustan las mentiras, se que ellos no harán nada que me lastime y no tengo queja de mi vida y de su papel como padres.

—No debí ocultarlo por tanto tiempo, Ali, pero no sabia como ibas a tomarlo, quise decírtelo cuando te convertiste en una mujer, pero algo me lo impedía —mi madre se ve afligida, debe ser porque no he dicho una sola palabra.

—Esta bien mamá, creo que este ha sido el mejor momento para conocer esa verdad —es lo que siento, irnos del país es mejor que mudarnos a chicago, solo deseo comenzar una nueva vida lejos de los Garnett, lejos de todo.

Mi madre se acerca y me abraza, mi padre nos observa en silencio, espera mi respuesta.

—¿Cuándo nos vamos? —cuestiono y mi padre levanta ambas cejas.

—Cuando tu quieras hija, todo está listo para que se muden, llegaran a mi casa en Madrid, después encontraremos una nueva casa para ustedes, claro si desean mudarse, solo lleven lo necesario, allá tendrán todo lo que les haga falta.

—Nos mudaremos, no quiero estar en la misma casa en la que vives con tu esposa —mi madre habla casi de inmediato.

—Paula, me divorcie hace varios años —afirma mi padre con impaciencia.

Comienzan a hablar o casi discutir dejando a un lado la relación cordial que han mantenido durante todos estos años.

—¿Estabas casado? —cuestiono completamente sorprendida haciendo que dejen de hablar, no se mucho de las relaciones de mi padre, nunca lo cuestione en ese aspecto.

—Así es, me divorcie hace cinco años, ahora vivo, digamos que solo, hablaremos de ello cuando estemos en España y se establezcan.

He entrado en nuevo mundo de una semana para acá y solo se que debo adaptarme a una nueva vida y nuevas revelaciones, parece que he vivido en una mentira, no solo con Nick si no también con mi familia.

—Nos iremos mañana —digo con seguridad y me pongo de pie, mi madre parece sorprendida.

—Bien, arreglare el viaje para mañana en la noche, así tendrán el día de mañana para prepararse y deben decirme que lo que desean hacer con esta casa.

Miro a mi madre y ella alza los hombros haciéndome entender que es mi decisión.

—Quería venderla, pero ahora que veo que no es necesario, podemos rentarla, solo no quiero que aparezca a nombre de mi madre y mío.

—Bien, la pondremos a nombre de la compañía, podrá volver a ser de ustedes en el momento que decidan —mi padre habla y asiento.

—Mañana a primera hora iremos para que oficialmente lleves mi apellido —mi padre habla.

Y recuerdo que no llevo su apellido, algo que nunca cuestioné.

—Lo hice para evitar de Darius de contigo, hija —mi madre explica y guardo una nueva pregunta para cuando todo esto termine, solo espero no haya más “sorpresas” —ha, sido un día muy largo, creo que es mejor que vayas a la cama hija —mi madre toma mi rosto entre sus manos.

Me despido de mis padres y voy a la cama creo que ya tuve suficientes emociones por hoy, con los pensamientos y sentimientos revueltos, llevo una mano a mi plano abdomen y siento un cosquilleo recorrer mi pecho al penar en ellos.

Al día siguiente…

Después de cambiar el apellido de mi madre por Russell el de mi padre volvemos para organizar mi equipaje, Cierro la última maleta con mi ropa y me siento en la cama para ver a mi alrededor, todos los recuerdos de mi niñez y adolescencia, suelto un suspiro sin querer pensar en el tiempo en la universidad.

—Hija, ya todo está listo, saldremos en una hora —mi madre entra y se sienta a mi lado.

—Gracias, mamá, gracias por tu apoyo incondicional —digo tomando su mano, he dejado a un lado el secreto que guardó durante todos estos años, no puedo cambiar el pasado.

—Eres mi única hija, mi tesoro, no te dejare sola por nada del mundo.

—Aunque debas ir a la casa de mi padre, solo por mi —digo un poco divertida.

—Voy a sacrificarme, cielo —ríe.

—¿Qué sucedió entre ustedes? —cuestiono uniendo mis cejas, mi madre hace un gesto con los labios.

—Hija, larga historia, vamos, tendremos tiempo para hablar de ello, siempre quise ir a España —mueve sus manos como bailarina de flamenco y me hace reír.

Recorro la casa sintiendo algo de nostalgia y me despido temporalmente de ella, para subir a la camioneta de mi padre y emprender un viaje que será un nuevo comienzo.

Llegamos al aeropuerto y sorprendida observo el jet privado de color negro con el nombre de la compañía de mi padre escrito con grandes letras.

Subimos y me maravilla aun mas lo bonito que es por dentro, tomo un lugar en uno de los cómodos muebles y observo la ciudad apenas despega, se siente extraño irse de esta forma tan inesperada, pero estoy segura de que aquí ya no hay nada para mí, las únicas personas que me importan viajan conmigo.

—Cariño —susurra mi madre y mueve mi hombro.

—Mmmm —digo y abro lentamente los ojos.

—Hemos llegado —mi madre besa mi cabeza y termino de despertarme, mi padre lee algo en su portátil mientras bebe un jugo.

El avión aterriza y bajamos de el, un hermoso cielo azul nos recibe, un par de hombres se encargan de nuestro equipaje y subimos a una camioneta negra, cierta emoción me recorre y encantada observo la hermosa ciudad, miro a mi madre y se ve igual de emocionada que yo.

Casi 45 minutos después llegamos a una urbanización de hermosas casas, chalets y preciosos jardines, observo todo notanto la gran diferencia entre Los Ángeles y Madrid.

Después de un corto recorrido por las elegantes calles, llegamos a una casa espectacular, volteo a ver a mi madre y ella no se ve tan sorprendida como yo, el auto se detiene frente a la puerta y los hombres que ahora sé, son guardaespaldas de mi padre abren las puertas para nosotros.

Bajo despacio del auto y observo todo con curiosidad.

—Adelante —mi padre señala la puerta y me toma de la cintura para llevarme a la casa, que resulta ser un espectáculo, todo está en orden, los adornos son elegantes, los pisos y cada parte de ella brilla, solo puedo decir “WOW”

—Bienvenidas a su nuevo hogar —mi padre me hace mirarlo—, hice que prepararan dos habitaciones para ustedes. almorzaremos como una verdadera familia, por primera vez en muchos años —dice y una ligera sonrisa se refleja en sus labios.

—Sondra, ella es mi hija Alaia —mi padre me presenta y ella asiente, es una mujer de mirada agradable, debe tener 40 años —y ella es Paula, su madre.

—Un placer —decimos con simpatía.

 —les dará un recorrido por la casa para que se familiaricen, mientras yo hare un par de llamadas.

Asentimos, mi padre deja un beso sobre mi cabeza y camina hacia una enorme puerta.

—Síganme, por favor —pide Sondra.

Lo hacemos y la casa no me decepciona, tiene 10 habitaciones, piscina un precioso jardín, los espacios son gigantes, es un gran cambio.

Finalmente, Sondra nos lleva a las habitaciones donde decido darme un baño, mi cuarto tiene vista a la piscina, los jardines y al fondo puedo ver algunos árboles, el closet tiene dos pisos, ahora tendré mucho espacio para guardar toda la ropa que he comprado.

Es increíble que esta sea mi nueva vida.

después de una ducha y ponerme un jean, una camiseta manga corta en color verde militar y unos tenis, bajo las escaleras para ir en busca de mi padre.

—¡Papá! —grita un niño de unos 8 años que ha entrado a la casa.

Confundida lo observo y él se detiene en seco al notarme.

—Aidan, te dije que me esperaras —una chica entra detrás de él.

—Quería ver a mi padre —dice el niño y su acompañante repara en mí.

Momento en que mi madre llega junto a mí.

—Hija —mi padre sale del despacho.

—¡Papá! —grita el niño y corre hacia él.

Paralizada observo el nuevo secreto de mi padre.

—Hijo —le sonríe al niño y lo abraza— ¿te portaste bien mientras no estaba? —le pregunta.

—Muy bien, ¿no es así Ash? —mira a la chica y ella entrecierra los ojos, pero asiente.

—Hija, Paula, les presento a Aidan, mi hijo.

—Aidan, ellas es Alaia, tu hermana, ¿recuerdas que te hable de ella?

El niño asiente y me observa, aun sigo si decir una palabra, mi padre es una caja de sorpresas.

—Hola —saluda el pequeño, su cabello es rubio, diferente al mío que es castaño.

—Hola —respondo y me acerco a él para estrechar su mano, mientras miro a mí padre con reproche por ocultarme a mi hermano.

Mi madre parece saber del niño.

—Hola, soy paula, la madre de Ali —lo saluda con tranquilidad.

—Hola —saluda el niño.

—Y ella es Ashley, tu prima —mi padre nos presenta.

—Vaya tío, que guardadito te lo tenías. Hola, bienvenidas, no sabíamos que vendrías o te hubiéramos organizado una bienvenida.

—Esta bien no te preocupes, fue algo inesperado —miro a mi padre, sabia que era discreto, pero no pensé que tanto.

—Pasemos a la mesa —mi padre indica y todos hacemos lo que nos pide, confieso que este primer almuerzo con la familia que hace unos segundos desconocía es un tanto extraña, pero debemos darle tiempo al tiempo.

El almuerzo transcurre y con ello nos relacionamos un poco mas con Ashley y Aidan, ella es hija del hermano mayor de mi padre y vive en la casa de al lado con su madre quien se encuentra de viaje en escocia, sus padres se divorciaron hace un par de años, Aidan tiene 8 años vive con su madre, pero prefiere ver a mi padre y por ello permanece mucho tiempo en esta casa.

Terminamos de almorzar y salimos a la sala, aun no se exactamente que voy a hacer y a que se refería mi padre cuando dijo que debo tomar lo que me pertenece.

—Patrick —escucho unos pasos y veo que un hombre mayor que tiene ciertos rasgos de mi padre entra a la casa.

—Abuelo, que bueno verte —dice Ashley saludándolo, el asiente serio.

Mi padre sale al encuentro del hombre junto a mi madre y el hombre tensa la mandíbula.

—¿Qué hace ella aquí? —cuestiona y se vuelve para mirarme.

—Es la madre de mi hija, ella y mi hija tienen todo el derecho de estar aquí —mi padre responde y se ubica a mi lado.

El hombre se ve molesto y resopla.

—Así que, tendrás que acostumbrarte a verlas, será Alaia quien pronto tendrá un lugar en la compañía.

El hombre me observa y veo que quiere decir algo.

—Y no voy a permitir que digas o hagas algo en su contra, papá.

—Necesito hablar contigo —dice el hombre conteniendo sus palabras y camina hacia lo que imagino es el despacho.

—Bueno, el es un hombre un poco difícil —dice Ashley después de un suspiro.

—¿Un poco? —cuestiona mi madre.

—Vamos, demos un paseo —nos lleva con ella y Aidan se une a nosotros, por lo poco que he visto parece un buen chico.

Taty H

Aquí esta un nuevo capitulo, gracias por leer (✿◠‿◠) , recuerden también seguirme en mi perfil de autor, seria de gran ayuda(ɔ◔‿◔)ɔ ♥

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