Yann se acercó a Gerald y trató de persuadirlo una vez más.

Gerald miró a Yann y luego a Tye Lamano.

“Señor Lamano, ¿cómo supo de la cueva escondida en el Monte Dakriont? ¿Y cómo llegó a saber que hay tesoros dentro?”, preguntó Gerald.

“Sobre eso, no puedo responderle. Simplemente puedo decirles que todo lo que sé apareció en el mapa que mis antepasados transmitieron. Sólo necesito que ustedes dos vayan a la montaña por mí. Sé que el señor Crawford es muy capaz de cosas psíquicas y exploración. Por eso le pedí al señor Williams que lo buscara. ¡Espero que usted nos pueda ayudar!”.

Dijo Tye Lamano en un tono serio.

Por supuesto, Gerald sabía lo que Tye Lamano estaba pensando. Él quería los tesoros.

“Señor Crawford, sé que usted está buscando algo y, según los registros de mis antepasados, lo más probable es que el objeto que busca esté en el Monte Dakriont. ¡Espero que pueda pensar en ello!”.

Al ver que Gerald no respondía, Tye Lamano sugirió una vez más.

Gerald se sobresaltó cu