—Ha sido un gusto... —El rubio arrastra la última palabra como esperando a que le diga mi nombre.
—Madison. —Extiendo mi mano y él la aprieta. Oh... Su agarre es suave, pero con firmeza. Siento como mi palma se calienta, oh, esto es increíble—. Madison Logan.
—Un placer —¡Qué linda sonrisa! Y definitivamente el placer es mío—. Mi nombre es Larry Koch.
—¡Oh! ¿De esos Koch? —Él asiente y yo no puedo disimular mi impresión. Esa gente es dueña de medio pueblo y tienen más de cinco centros comerciales en esta pequeña ciudad y como diez fuera de ella. ¡Esto es increíble!
—Entonces... —Esa mirada azul me tiene babeando—. ¿Nos veremos otro día? —Rasca su cabeza con nerviosismo—. Ya sabes... Podríamos salir