Xenia se quedó un rato mirando al vacío antes de echarse a llorar.
Todo el mundo estaba confuso.
—¿No fue un éxito la operación? ¿Por qué llora?—Se preguntaban todos.
Pero pronto, Xenia se echó a reír.
—¡Sabía que el Dr. López tendría éxito! Lo sabía.
Se alegró mucho de su decisión y de haber insistido en confiar en Sofía.
De lo contrario, las cosas no habrían salido tan bien.
—Señorita, mi abuelo...
—Ha sido trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Habrá que esperar a ver cómo se recupera en los próximos días.
El postoperatorio era el momento más peligroso, y nadie podía estar seguro de que no surgieran complicaciones.
Xenia asintió y dio las gracias a la enfermera.
Mientras todos iban a la UCI a ver a su abuelo, ella se quedó.
Pronto, Sofía salió del quirófano y Xenia se acercó a ella.
Sofía se sorprendió un poco al verla allí.
—¿No te lo ha dicho la enfermera? Tu abuelo ha sido trasladado a la UCI. ¿Por qué no vas a verlo?
—Lo sé—Xenia miró a Sofía con sinceridad