Tiago se recuperó del shock y, con cierta sorpresa, preguntó:
—¿No vas a volver a casa? ¿No temes que tu padre muera?
—No te preocupes, mi padre no morirá,— Sofía respondió con confianza. Había investigado los recursos humanos disponibles para la familia Castañeda y había hecho arreglos en base a esa información. Creía que, a menos que Teodoro enviara a toda su gente a la mansión, su padre estaría a salvo.
—Entonces, ¿qué te parece mi propuesta, joven Castañeda?— preguntó Sofía, interesada en su respuesta.
Mirándola fijamente, Tiago había perdido la actitud inicial de jugar.
—¿Por qué debería oponerme a mi padre y escucharte a ti? La familia Castañeda eventualmente será mía.
—¿Estás seguro de eso?— Sofía sonrió levemente y sacó algunas fotos de su bolso, pasándoselas a Tiago.
—Tu padre tiene varios hijos ilegítimos por ahí, y todos ellos tienen más habilidades que tú. Sigues siendo el heredero de la familia Castañeda porque tu abuelo todavía tiene influencia y tu padre no se atreve a