Capítulo 35
Nala aguantó el asombro y se conformó con mirar al hombre a los ojos y esperar a que él le dijera que más deseaba.
Él, al parecer, esperaba que ella objetara algo, pero para su sorpresa, la mujer se quedó en completo silencio.
—Todo el mundo tiene un precio, dime el tuyo y te aseguro que podemos llegar a un acuerdo de inmediato. —Allí, en ese momento, Nala sintió que tenía todas las de perder.
—Váyase de mi habitación. —Le ordenó ella con voz grave. —Váyase antes de que llame a seguridad.
¿Él pensaba que podía compr