Capítulo 30
—Contesta el maldito teléfono, Anastassia. — Grenor iba maldiciendo a todo el camino, era capaz de aparecerse en la misma casa de la mujer con tal de enfrentarla y decirle que dejara de perseguir a su familia.
No, su familia no, que dejara de perseguir a Nala, que dejara de perseguirlo.
Frank iba conduciendo en silencio, el hombre tenía añales trabajando para él, y normalmente se reservaba todas sus opiniones, cosa que Grenor agradecía en momentos como aquel, donde lo único que deseaba era golpear a alguien.
—¿Greg? ¿Cariño? ¿Qué haces llamándome a estas horas?
—Necesito verte. — dijo él —E