Sebastián
—¡Alfa! ¡Por favor! ¡Es solo un chico humano!— me decían.
—¡Mire cómo está él!— me gritaban mis guerreros mientras yo veía al muchacho humano prácticamente desmayado.
Quería acabarlo, quería golpearlo, ¿Cómo se atrevía a estar con mi mate? ¡Tener su aroma!
—¡Lo voy a acabar!— gritab