CAPÍTULO 2. DECEPCIÓN

Los siguientes quince días fueron un infierno, no fuí a trabajar pero a Dios gracias Ethan se encargó de todo, hubo que llevarme a Urgencias porque pase seis dias sin probar bocado y solo me dediqué a llorar, vormitar y berrinchar en la cama. La extraño demasiado no quiero estar,aqui, quiero estar con ella ¡Extraño a mis cachorros! Por Dios, que entre en razón.

Sucede que tengo los síntomas del embarazo de Sonya, mi hija está muy cerca de mi también. Y yo que pensé estar enfermo y lo que tengo es que mi hija me ama, eso me hace llorar más aún porque no le puedo hablar. ¡Quiero que regrese!

Mi madre y las chicas están aquí conmigo, Nat y Dani no me han dejado caer, les agradezco pero hay un momento en que deseo llorar y quiero hacerlo solo.

— ¡Hola! - esos preciosos ojos húmedos que parecen zafiros me escrutan aún cuando duermo. - ¿Ya no te morirás? - su labio inferior tiembla y yo me siento terrible.

Abro los brazos para que entre a la cama y llora como una bebé, se que la he asustado en las noches ya que se ha reusado a dormir en otro lugar que no sea en mi cama , a mi lado. La amo como a mi vida. Nathalie no solo es mi hermana, es la mitad que necesito para vivir, es la continuación de mis pensamientos, si ella llora yo lloro y si sufre: yo lo hago también porque no conozco un amor mas grande y sublime que el de la persona que me acompaño desde el vientre de mi madre y lo seguirá haciendo para toda mi vida.

¿Entonces por qué me siento destrozado porque Sonya me abandonó?

¿Sera porque soy estúpido?

¿Sera porque estoy enamorado?

¡El amor apesta señoras y señores!

Pero es apestosamente necesario para que el corazón se mantenga en su lugar, para que no pierdas la cabeza y dejes que el dolor y la soledad aparquen en tu vida. Entendí que tu pareja es la parte de tú vida que no llegó con tu nacimiento, la que encuentras por casualudad pero que te completa totalmente.

— No mi amor ya no moriré- le dije con la boca pegada a au cabello, huele delicioso: a tranquilidad, a calma. Como si fuera exactamente lo que necesito.

Levantó la cabeza y me miró a los ojos pidiendome perdón por algo que ella sabe y yo no. No me engaña, nunca lo hará ya que sus ojos me dicen todo.

— Hablé con Sonya ¿Sabes? Perdóname pero no lo pude evitar, ella-ella te hizo daño, te lastimó y yo le reclamé. Entonces me enseñó las fotos ¡Ese no eres tú! Me-me niego a creer que seas tú - volvió a llorar y limpió unos mocos con la sábana y otros los sorbió. Alcé las cejas y sonreí.

— ¿Ella esta bien? Es decir, de salud - no pude evitar el nudo en la garganta y el ardor en los ojos, las lágrimas pugnaban por salir y mi respiración ya era trabajosa.

— ¡Si! Ella se siente mal y yo... ¡ Oh Napoleón! Yo la insulté y luego ella lloró y yo también y entonces... - no pudo continuar, se que ella es mas fuerte que yo pero ante una injusticia no, somos de naturaleza endeble.

— ¡Tranquila cariño! - La abracé fuerte y la calmé - Hay cosas que se nos escapan de las manos mi amor, nosotros tenemos la particularidad de que el amor que nos tenemos nos hace luchar contra el mundo. No estés triste - la besé en la mejilla y la dejé descansando en mi pecho.

La vida es extraña, el amor es extraño, las personas son extrañas. Nadie sabe como va a actuar frente a una situación de presión y menos frente a un engaño. Entiendo a Sonya; mi propia hermana dudó de mi porque todo indica que soy culpable. Quizás descubra quien lo hizo pero, por ahora debo pensar como volver a enamorar a mi esposa y sobre todo convencerla de que soy inocente.

Y con ese pensamiento, quede profundamente dormido con mi hermosa hermana idéntica a mi.

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