Max no puede creer lo que acaba de suceder, las amenazas fueron ciertas, sigue sin poder entender como John fue secuestrado, a pesar de haber doblado en números la seguridad, la terquedad de su amigo fue más fuerte , decidió salir sin guardaespaldas a correr, diciendo que serían unos minutos, que no pasaría nada y ahora no hay rastros de él, si le pasa algo a John, no podría soportarlo, ni perdonárselo nunca. Ya ha puesto en funcionamiento a la policía y a los grupos militares, encontrará al presidente como sea, a costa de su propia vida.
Los periodistas se han hecho un festín con las noticias, los teléfonos de la casa presidencial no dejan de sonar buscando información y los mandatarios de todo el mundo han enviado su ayuda, para encontrar a John con vida, solamente queda dar con esos malnacidos y encerrarlos en la cárcel por el resto de sus vidas.Michel se encuentra en el lugar donde permanecerán encerrados durante un mes con la persona secuestrada, Annie está allí acompañándolo, cuando recibe una nueva llamada del desconocido MMG—Hola Michel, tenemos todo listo. Muy pronto llegarán mis hombres con el presidente, cuídenlo bien, más tarde les haré llegar provisiones, John Meyer dormirá muchas horas, tuvimos que drogarlo para poder dominarlo, es una persona demasiado fuerte, tendrán que aprender a controlarlo.—Muy bien señor, entendido, cuidaremos de él —el desconocido corta la comunicación y Annie, a su lado, no puede evitar preguntar—Michel... ¿Puedes sacarme de una duda? —aunque se imagina la respuesta.—Dime, Annie...—Es el presidente John Meyer ¿Verdad? —al parecer su pregunta lo puso incómodo, porque empezó a actuar extraño.—Annie... —después de meditarlo varios segundos, finalmente le confiesa la verdad —Si, Annie, la persona secuestrada es el presidente.—¡Dios mío! —exclama sobresaltada—si hubiese sabido que se trataba de esa persona no habría aceptado... Es John Meyer, Michel, la persona más poderosa de este país, ¿Puedes entender eso? Una vez que salgamos de aquí, nos encerrara de por vida, tiene el poder para hacerlo.—Tranquila Annie, nunca podrá ver nuestras caras, usaremos máscaras para esconder nuestras identidades, además las personas que nos dieron este trabajo también son muy poderosas, dijeron que nos protegerían pasara lo que pasara.—Me extraña de ti, Michel, que seas tan tonto—manifiesta furiosa.—¿Qué quieres decir? —pregunta sorprendido.—Una vez que liberemos al presidente no necesitarán más nuestra ayuda, nos encerraran, y ellos nos darán la espalda, no sabemos quiénes son para atestiguar qué nos contrataron para este trabajo.—Bueno, tienes razón, Annie. Al menos tenemos el dinero, lo suficiente para pagar el tratamiento de tu madre y un buen abogado si es necesario.Minutos más tarde, un grupo de seis personas irrumpieron en el lugar, varios de ellos cargando el cuerpo inmóvil e inconsciente de la persona secuestrada. En ese momento, Michel se pone una máscara en la cabeza y le da una idéntica a Annie, mientras los hombres llevan al presidente a un cuarto, donde se encuentra una cama y unas cadenas, acto seguido las muñecas de John son introducidas a dichas cadenas, quedando inmóvil, sin poder salir de la habitación, cuando despierte se llevara una gran conmoción.Annie, muy asustada se acerca a John y comienza a moverlo para hacer que reaccione, pero es inútil.—¿Qué sucede con él, Michel? —pregunta preocupada, una vez que las personas se retiraron del lugar, dejándolos solos—¿Acaso esta muerto?—Descuida Annie, solo está inconsciente, como verás es una persona demasiado grande y fuerte, tuvieron que drogarlo para poder dominarlo.—Dios mío, solo espero que esté bien ¿Por qué estas cadenas, Michel? ¿No dijiste que él estaría bien aquí, que debíamos cuidarlo? Estas cadenas lo lastimaran, intentara forcejear para liberarse.—Annie, ¿Te das cuenta de la altura de este hombre? ¿Crees que tú o yo tendríamos la fuerza para dominarlo si no estuviera encadenado? Lo lamento, pero si forcejea con las cadenas será su problema, ahora vámonos, dormira durante varias horas.—No puedo creer estar haciendo esto —confiesa, sintiéndose culpable.—Es tarde para arrepentimientos, Annie, ya tienes el dinero para tu madre, ahora tenemos que hacer nuestro trabajo.—Lo sé—comenta resignada, observando por última vez el cuerpo inerte del presidente, para luego salir de la habitación, seguida de Michel.Horas más tarde, finalmente se ha hecho de noche y John aún no ha vuelto en sí, por lo que Annie está aún más preocupada—Michel, debemos llevarlo a un hospital, aún no reacciona... Quizás este sufriendo de una sobredosis.—Annie... Sé dé drogas mucho más que tú, estará bien, le han tenido que dar mucha cantidad, por su contextura física, despertará, te lo aseguro, llévale un poco de cena, verás que abrirá los ojos y tendrá apetito.—¿Y si intenta hacerme daño? —pregunta asustada, un hombre de ese tamaño, sin dudas podría hacer mucho daño, solamente con un golpe.—No podrá hacerlo y si te encuentras en peligro, solo tienes que gritar, los chicos y yo iremos en tu ayuda.—Está bien —aun, con mucha desconfianza, Annie toma la bandeja preparada con comida y se dirige a la habitación de John. Al ingresar, deja dicha bandeja en una mesa, junto a la cama y se sienta al lado del cuerpo, aún inconsciente del presidente.Jamás había visto a un hombre tan impresionante en su vida, no es que no lo conociera por los medios de comunicación, pero lo que han dicho de él no le hace justicia, realmente nunca había estado en presencia de una persona tan grande, debe medir casi dos metros y los trajes formales que usa en sus presentaciones no dejan ver su increíble cuerpo, lleno de músculos, que ahora puede apreciar, ya que según Michel, habían aprovechado cuando el presidente salió a hacer deportes a la mañana muy temprano, por lo que se encontraba con una vestimenta cómoda y ligera para poder correr.Además de eso, puede ver, que tiene un rostro bellísimo, sus facciones son tan hermosas y delicadas, su piel, morena y suave al tacto ¿Qué diablos me ocurre? Piensa Annie, sabe que tiene que guardarse todo tipo de emociones, por su propio bien y el de su familia.La muchacha, que aún continúa sobre la cama, intenta mover el cuerpo de John, sin éxito, ya debería haber despertado, así que está intentando levantarse de la cama para ir por Michel, preocupada por la salud del presidente, cuando una mano, toma de su muñeca, con mucha fuerza, solo para hacer daño.—¿Donde estoy? —pregunta John, sosteniendo aun la pequeña muñeca de su secuestrador, como alguien tan debilucho puede haber hecho esto, piensa para si mismo . Esta intentado incorporarse de la cama, cuando unas cadenas, se lo impiden y furioso comienza a gritar —¡Sacame estas malditas cadenas o juro que te haré pagar por esto!—¡Suélteme, por favor, me está haciendo daño! —John queda estupefacto al escuchar la voz de una mujer detrás de esa máscara y suelta violentamente su muñeca, sin dejar de gritar.—¡No te lo volveré a repetir, quítame estas cadenas! —John intenta forcejear con dichas cadenas, pero comienza a hacerse daño.—¡Deténgase, por favor, se está lastimando! —exclama Annie, muy preocupada.—¿Crees que te haré caso? No puedo creer que siendo una mujer te prestes para semejante acto, libérame, no sabes lo que estás haciendo. Si me dejas ir, me olvidaré de todo esto —John intenta persuadir a la mujer que tiene adelante, sin éxito.—Lo siento, señor presidente, pero no puedo hacerlo, solo debe tranquilizarse, no le haremos daño, se quedará aquí durante unos días y luego será liberado—explica Annie.—¿Durante unos días? ¿Cuántos exactamente? —pregunta furioso.—un mes, señor... —Responde muy asustada, lejos de él, sin dudas mañana tendrá un buen moretón en su muñeca.—¿Estás loca? ¿Un mes aquí? Olvíd
—Claro que si, señor presidente —exclama Annie, sentándose junto a él, sobre la cama—espero que el desayuno sea de su agrado.—Con el hambre que tengo me comería una vaca entera —responde John, algo más tranquilo que el día anterior, seguramente se dio cuenta de que no le servía de nada luchar —¿ya desayunaste? Puedes comer de aquí, si quieres.—Descuide señor, no tengo apetito —la culpa que siente en este momento es tan fuerte que le ha cerrado el estómago, hace días que no prueba bocado.—No puedo ver tu rostro, pero creo que no te encuentras bien.—No se preocupe señor presidente, me siento bien—contesta Annie, intentando ser convincente.—Dime... ¿Cómo está tu muñeca? —John sostiene la mano de la joven y puede ver un enorme hematoma sobre su muñeca —Oh por Dios, lo lamento mucho, soy demasiado fuerte y tu muy pequeña, no quería hacerte daño.—Mi muñeca estará bien señor, en unos días dejará de molestar.—Solo John, por favor —exclama, odia que todo el tiempo lo estén llamando con
Varias horas después, una vez terminada la cena, Annie toma la bandeja con comida y se dirige a la habitación del presidente.Al ingresar, se acerca a él y nota que está profundamente dormido, deja la bandeja en la mesa junto a la cama y se queda observándolo detenidamente.Si le hubiesen dicho que existía una persona tan increíblemente hermosa, no lo hubiese creído. Annie no puede creer sus pensamientos, en estos momentos, no puede decir que se ha enamorado de él, pero sí que la atrae de todas las maneras posibles, se siente tan extraña cuando esta frente a él y no es solamente miedo, la emoción que siente en ese momento. Se había criado con muchos vecinos varones, pero siempre los veía como amigos, yendo al basural a buscar un poco de comida, nunca había sentido lo que siente por el presidente. Annie se golpea la cabeza, regañándose así misma, fuera o no fuera amor lo que siente , él jamás se fijaría en ella, no solamente por sus orígenes, sino por su edad, ella apenas es una niña,
—¿Cómo podría hacer eso, señor presidente? —pregunta Annie sorprendida. Sabe que son personas muy poderosas, capaz de hacerle daño a Marcus y a su madre.—Escucha... Hagamos un trato, Noreen, no te haré daño, no volveré a insultarte, no intentaré huir, a cambio de que averigües quien está detrás de todo esto, o traigas información... prometo protegerte pase lo que pase... ¿Aceptas? —manifiesta John, mientras le brinda su mano derecha para cerrar el trato. Después de pensarlo unos segundos Annie acepta, no sabe si esta haciendo lo correcto, pero últimamente no lo está haciendo así que no le queda otra opción que aceptar el trato con el presidente.—Acepto, señor presidente —Annie le brinda su mano y cuando ambas se estrechan puede sentir una corriente eléctrica qué recorre todo su cuerpo ¿Por que siente estas cosas? ¿Acaso se ha vuelto loca?John no pasa inmune a ese contacto, siente algo que le es incapaz soltar la mano que tiene entre las suyas, esa mano callosa, lastimada, pero suav
—¡Oh, por Dios! —Exclama Annie, asustada llevándose instintivamente las manos a su rostro, dándose cuenta de que el presidente acaba de descubrir su identidad —Señor presidente... yo—esta tan nerviosa que las lágrimas comienzan a rodar por sus mejillas sin poder controlarlas.John no puede creer lo que esta viendo, es que es imposible... Su secuestradora es... Solamente una niña. Sin embargo, nunca había visto a una niña tan increíblemente hermosa, maravillosa, dueña de un cabello castaño claro ondulado y unos ojos celestes impresionantes, que podría perderse en ellos por horas, de donde salió esta belleza de mujer, que no puede dejar de mirarla.—Así que no te llamas Noreen —manifiesta John cuando logra por fin que las palabras salgan de su boca.—Lo siento, no quería mentirle—Annie baja su mirada, avergonzada —tenía miedo de que descubriera mi identidad, pero ya no puedo esconderme de usted.—Hicimos un trato, no tienes porque tener miedo de mí —le recuerda John, sin poder dejar de
—¿A que se refiere con asesinarlo? —pregunta Michel conmociónado, ¿Qué fue lo que paso? Hasta hace unos días querían que tenga los mejores cuidados, ahora quieren deshacerse de él.—¿Acaso no sabes lo que es matar a alguien? —exclama MMG indignado, que mala suerte tuvo de haber encontrado unos imbéciles para secuestrar al presidente.—Si señor, solo que hace unas semanas nos dijo que lo cuidemos bien y ahora... Me está pidiendo que acabemos con él, secuestrar y asesinar no es lo mismo, estamos hablando del presidente de la nación.—Michel desde el principio te dije que los protegería, solo tienes que matarlo y deshacerte del cuerpo, no es muy difícil.—Entiendo, señor.Max no sabe qué hacer, estos días como presidente, al estar desaparecido John, es un caos, nunca se imaginó que fuera tan difícil. Esta en su despacho preparando un discurso, ya que en unas horas, debe dar una conferencia de prensa a todo el país, comentando los avances en la búsqueda de John, no son muchos, pero hay al
—¿A qué te refieres con eso, Annie? —pregunta John confundido, observándola detenidamente.—No lo se, solo se que he escuchado esa voz en otro momento.—Quizás lo has visto en la televisión, Max me acompaña a todos los viajes y muchas veces ha dado conferencias de Prensa en mi lugar—confía tanto en él, sin dudas se siente una persona Privilegiada al tener un amigo como Max, sobre todo en la política, donde la amistad es algo que no todo el mundo la tiene.—No creo, no miro mucha televisión, hay algo extraño en él.—¿Qué queres decir, Annie?—Olvídalo, seguro son ideas mías, comamos o se enfriará la comida.—Tienes razón—John toma sus cubiertos y comienza a cortar el pollo, luego, junto a una rodaja de papa, se lo introduce en la boca, saboreándolo con mucha nostalgia, cerrando sus ojos. Annie observa la situación, preocupada.—¿Estás bien?—Si, Annie... No te imaginas lo que esto Significa para mí —confiesa John, siendo vulnerable por primera vez con ella, algo que no es muy normal en
—Annie, he hecho cosas muy malas en mi vida, sin embargo, jamás asesine a alguien, no puedo hacerlo, pero no nos dejaran en paz hasta que no hayamos acabado con él.—Michel, por eso dejame hablar con John, si llegamos a un acuerdo podemos liberarlo y obtener protección—le explica intentando hacerlo entrar en razón.—Annie, ¿Es que no entiendes que esas personas son demasiado poderosas?—¿Mas poderosas que el presidente de nuestro país? No lo creo...—Has hablado con él ¿Verdad? —pregunta Michel, Es que es obvio que Annie siente algo por ese hombre y hará todo lo posible para salvarlo.—Si, lo he hecho y es una buena persona, estoy segura que nos ayudará.—¿De verdad aun crees en los reyes magos, Annie? —pregunta cínicamente, no puede entender como es tan tonta, debería haber aprendido mucho de la vida ya—estoy seguro que esta tratando de manipularte para que lo saques de aquí.—No seas así, Michel... Dejame hablar con él—insiste.—Esta bien, has lo que quieras, si quieres morir, adel