El sol ha vuelto a salir para toda California por igual. Aunque la rutina de Dustin y Leila distaba mucho de lo que era para la familia de Kimberley y Francis. La joven prometida se encontraba tomando café en la sala de su casa, mientras veía un poco de noticias en su tablet. Estaba distraída y no escuchó cuando su prometido había ingresado, él se dio cuenta y quiso sorprenderla.
—¡Buenos días! —La chica se sobresaltó y arrojó lo que quedaba de su café sobre el asiento del sofá.
—Maldita sea, Dustin. —Escupió molesta al ver lo que había hecho, se apresuró a secar la tablet que también se había mojado.
—Solo fue una broma —espetó cambiando su humor.