Estos eran los pensamientos de Russell Tobler, tenía la plena confianza que Sara terminaría en sus brazos como su esposa y entonces allí empezaría su ascenso como un gran CEO.
Después de que Amanda tuvo el encuentro con Renzo no se quedó a dormir en los laureles, ya al día siguiente estaba buscando la o portunidad de tener una salida con él
Renzo y Amanda quedaron en hablar si era posible a diario, conocerse, compartir.
Él la invitó a salir esa tarde, más por tener un escape, el andar todo el tiempo pensando como sacar a Sara de su mente y su corazón no era nada fácil para él.
Ese día también Sara se sentía molesta, llamó a Russell para distraerse un momento, se moría por ver Renzo, lo extrañaba y eso le hacía sentir enojo, Russell llegó pronto a su casa, él la miró con curiosidad al tenerla cerca.
—¡Hola Russell!—dijo Sara al verlo— Gracias por acudir a mi llamado.
—¡Hola mi reina bella!— dijo Russell —me sentí preocupado, pensé que ese enojo era por mí.
— ¡Debes aprender a con