Ante estas palabras, Pedro cerró los ojos y pareció ignorar lo que ella decía.
Cuando Bella, abrazando la almohada, vio las camas vacías y la falta de ropa de cama en varias habitaciones de invitados, se dio cuenta de por qué Pedro no había reaccionado a sus palabras.
Bella podría haber dormido en el sofá o en una cama vacía, pero ¿por qué ella tenía que pasar por esto?
Con el almohadón en brazos y enojada, regresó a la habitación principal con la intención de echar a Pedro, pero lo encontró en una videollamada con Alberto.
—Abuelo, Bella está aquí, —dijo Pedro mientras giraba el teléfono hacia ella.
Bella sonrió rápidamente, —Abuelo, ¿todavía estás despierto a esta hora?
—No me llamaste cuando llegaste a casa, así que estaba preocupado por tu seguridad, —dijo Alberto extrañado.
—¿Adónde fuiste con esa almohada?
—Pues, solo fui a buscarla a la habitación de al lado, —respondió Bella rápidamente.
—Pedro acaba de decir que se siente un poco mal y tiene fiebre. Cuídalo bie