Se siente como volver a la prisión cuando Alondra entra nuevamente en la residencia de Camila, desesperada por escapar. Pero Alondra no tiene fuerzas, y la esperanza de felicidad con Samuel se desvanece repentinamente.
Cualquier mujer fuerte se derrumbaría si sus sueños y esperanzas fueran considerados cumplidos. Cuando esos se destruyen, no les queda espíritu más que para sobrevivir.
Alondra trata de mantenerse cuerda, recordándose constantemente que Lola la está esperando. Sigue recordándose a sí misma, ¿acaso no ha estado luchando por Lola todo este tiempo? ¿Alondra se rendirá? No, no puede.
Aunque su corazón esté roto.
La seguridad