DRACCO MSDONALDS
—Parece que se ha roto—la toca y gruño—esta hinchado y la veo muy mal, vamos al hospital.
Demian está parado sin un rasguño en el umbral de la puerta.
—Ya llame al doctor—dice—necesitamos hablar Dracco y no volverás a pelear.
Demanda el menor como si yo le fuese hacer caso.
—No más hermano, no puedes continuar con estas peleas, casi te matan Dracco y más enemigos no necesitamos.
—Lo dice la mujer que los humillo y los desafió poniéndonos por encima de todo el mundo—sonríe—no se preocupen por mí.
—Hablo enserio Dracco—continua Demian—tengo el poder para acabar con esas malditas peleas—lo miro mal—no perderé a mi hermano solo porque no puede buscar otra manera más sana para sacar su frustración.
No digo nada, en algo tiene razón y por eso con Cruella acariciándome el rostro espero que llegue el doctor que me revisa, da el diagnóstico y solo es una contusión. Vendan la zona afectada y me da algunos analgésicos para el dolor.
—Quieres que me quede contigo—niego a las pala