Capítulo 9. No hace falta que me mientas.
VIOLET
Estos días ya empezaba a tener un poco más de movilidad en mi pierna, pero ahora tenía que empezar a ir a terapia para que vuelva a tener la misma movilidad, eso me había dicho el doctor ayer cuando fui a mi cita, pero la verdad es que yo no quería ir, no quería seguir gastando el dinero de mi familia y tampoco quería que las personas vieran mi cara, yo no soportaba verme en el espejo y me imagino que la gente tampoco lo haría.
Bueno es que ni mi madre podía hacerlo, siempre que me miraba a la cara podía ver como sus ojos se cristalizaban a pesar de que ella siempre lo intentaba disimular, mi padrastro no era mucho mejor en esto, él fruncía el ceño e intentaba no verme mucho a la cara, el único que actuaba medianamente normal en cuanto a mis cicatrices era Steve, pero se había vuelto un poco diferente conmigo en este tiempo, mucho más protector e intentaba estar más cerca de mí todo el tiempo.
Nada podría ser igual que antes, mi familia ya no era la misma, yo no era la misma,