- ¿No dirás nada? - pregunta extrañado por mi silencio mirándome sentado en la cama.
- Es que...¿Es verdad lo que me estás hablando? - pregunto todavía incrédula, es mucha felicidad y todavía no sé cómo exteriorizarla, necesito volverla a escuchar.
- Sargento Phoenix, ¿piensa que un hombre de mi rango, de mi edad, puede venir hasta acá, con un pie enyesado para contarle un chiste de esa envergadura? - pregunta sonriendo burlón.
- No, no lo creo - respondo lanzándome emocionada a sus brazos, me acomodo en sus piernas y lo beso, lo beso esta vez con pasión y deseo, moría por volverlo a hacer, él me responde de la misma manera y esto es perfecto.
- ¿Sabes que esto es una completa locura, Verdad? - pregunta mirándome después de besarme.
- Siempre estoy lista para una buena locura, Mayor. - respondo levantando una ceja.
- Ya qué... - vuelve a besarme después se detiene - pero te adelanto que no soy bueno con esto de las relaciones.
-