PDV. Isabel.
– Además te haría bien mi compañía, al estar de chaperona y no subir al primer piso, evitaré que se te acerquen más caballeros – dijo con el vaso en sus labios y una sonrisa de medio lado.
Suspiré, Aunque no le daría razón, sinceramente a estas alturas de la madrugada me haría bien que no se me acercaran mas hombres, ya me resultaba incómodo sus insinuaciones sabiendo que sólo querían subir a una habitación.
– Esta bien, te pagaré tu bebida, sin embargo creo que tú me debes una camisa de 200 libras.
– ¿En serio pagaste 200 libras por ese extracto de camisa de tiros negros?
" Oh también es romántico, viste que se acordó del color de tu camisa" apareció nuevamente mi consciencia porrista con su uniforme rojo y blanco dando unas piruetas hacia atrás y sonreída con picardía.
A decir verdad a mí también me sorprendió que se acordara de mi vestimenta de esa noche, ya habían pasado unos cuatro meses o algo así.
Creo que se dio cuenta que me