Sophia
Me quedé en el mismo sitio, viendo cómo mi abuela agarraba a Vitor del brazo y tiraba de él hacia la puerta, luego la abría y lo sacaba fuera. Después la cerró en sus narices y vino dando zancadas hacia mí. Tenía una mirada muy enfadada.
- Sophia, ¿cómo puedes dejar pasar a ese cabrón? - exclamó con un tono de voz severo. - 'Pero abuela... Él no es...' dije en voz baja y ella me cortó: - No puedes ser tan inocente. - Pasó junto a mí hasta la mesa, sacó una silla y se sentó. - Tráeme un vaso de agua, hija -me pidió señalando la nevera-. - Me ha dado sed. - No deberías haberle hecho eso a Vitor", le dije, yendo al armario a por un vaso y abriendo la nevera. Me acerqué a la mesa donde ella estaba sentada, puse el vaso sobre la mesa y luego em