Capítulo 4

P.O.V. Ryder.

Hemos terminado de hablar y solucionar los problemas con algunas personas. Salimos al patio trasero para ver a los niños jugar. Cuando salgo siento como el viento cambia de dirección, una ráfaga de aire golpea mi nariz acompañado con un aroma embriagador. Cierro mis ojos por unos segundos mientras lo olfateo, siento cómo se impregna en mis fosas nasales alterando mis sentidos, es exquisito, huele a vainilla y lirios, en este momento mi lobo desespera. Comienzo a buscar con mi vista el dueño de ese aroma tan apasionante, busco cuando mi mirada se detiene en una chica humana muy hermosa y es aquí cuando Dark enloquece aun más.

- MATE, MATE, muévete es nuestra Luna, nuestra mate, allí está, es ella, MARCALA AHORA, LA QUIERO CONMIGO, ES MÍA, LLÉVATELA. - Me ordena desesperado al borde de la locura, de todas formas, yo estoy igual.

- Espera, no puedo hacer nada ahora, hay mucha gente y allí están los niños, hay que escaparnos e ir por ella.

Dije aun observándola, cerré el link. La vi caminar con un niño en sus brazos dirigiéndose a la enfermería, dije que iría al baño al mismo tiempo que les daba una mirada a los chicos que ellos entendieron a la perfección. Después la seguí, mis pies se mueven por si solos rápidamente por el césped en dirección a ella ... Cómo lo prometí, no sé va a escapar de mí. Llego dónde está ella, le cura la rodilla a un niño mientras yo olfateo su aroma.

P.O.V. Rocío.

Terminé de curarle la rodilla a Oscar, al salir vi a Daniel quien se dirigía al patio con su grupo, le pedí que llevara a Oscar al mismo, él aceptó y se lo llevó, después fui al baño ya que tuve la necesidad de ir.

Salgo del baño, apenas cruzo la puerta cuando alguien me toma fuerte y me pega al muro sin lastimarme, sin verlo venir mete su rostro en mi cuello y comienza a olerlo, me asusto haciéndome gritar, pero puso su gran mano en mi boca cubriéndola mientras la otra la tenía posada en mi cintura aprisionándome con ella, me retenía entre su cuerpo y el muro.... Olía como si quisiera aspirar mi sangre... De repente dijo.

- ¡MÍA, SOLO MÍA! - Habló con una voz muy ronca, sexi e imponente a la vez... Me asusté mucho, no podía moverme, era demasiado fuerte... Sacó la cabeza de mi cuello, vi hacía arriba y miré el rostro más hermoso que nunca he visto, él me miró de arriba abajo, volvió a enterrar su cabeza en mi cuello mientras no paraba de decir "MÍA"

P.O.V. Ryder.

Cuando ella se dirigió al baño me escondí detrás de un muro. No me gustó para nada que hablara con ese hombre, pero ya no volverá a pasar. Cuando salió la tomé por la cintura y la pegué al muro rápido y suave a la vez, me acerqué y olí ese delicioso aroma; enterrar mi cabeza en su cuello y oler más allá de su perfume de lavanda para oler su aroma natural a vainilla y lirios es lo mejor que existe, ella gritó así que tapé su linda boca con mi mano.

Ronroneé en su cuello y gruñí, ella estaba petrificada y a la vez intentaba escaparse, pero su fuerza es demasiado débil, estoy seguro que ni se dio cuenta de los sonidos que hice. Empecé a oler más su aroma, no me contuve y dije.

- ¡MÍA... SOMO MÍA! - Pareció tensarse aún más por mis palabras y me separé, ella elevó la mirada hacia arriba ya que soy mucho más alto. Me miró de manera confundida, yo también miré su hermoso rostro y su perfecto cuerpo, quería seguir oliendo así que lo hice y dije repetidas veces. "MÍA"

Ella se separó de mí como pudo y dijo.

- Yo no soy tuya, ni de nadie, así que aléjate de mí. ¡PERVERTIDO! – Gritó un poco mientras me veía de mala gana.

Eso me dolió, no lo de pervertido ya que yo sé bien que seré pervertido con ella, pero nos dolió a mí y a Dark que dijera que no es nuestra. Me enojé y gruñí, eso pareció horrorizarla mucho más.

Pues bien, al parecer no aceptará estar conmigo por voluntad propia. No quería hacerlo, pero no me deja opción; debo recurrir al método tradicional. Rápidamente y en movimientos ágiles la tomé pegando su espalda a mi pecho, con la mano izquierda tomé su cintura y con mi mano derecha le tapé la boca así no se escucharían sus gritos. La llevé al carro y la metí en el. Tomé el pañuelo de mi traje y le puse cloroformo, (este estaba en la bolsa del asiento del piloto, mis empleados/hombres siempre lo preparan para mí, los chicos o para ellos mismos. Nunca se sabe cuándo encontraremos a un mate. Siempre nos acompañan empleados sin mates, y estamos nosotros tres, mejor ser precavidos) Se lo puse en su hermosa cara tapando su boca y nariz, se resistió tratando de pelear en vano para luego quedar dormida casi al instante.

La acomodé en el asiento de atrás, ya mismo la llevaré a Alaska. La miré y volví a oler su aroma.

No pude evitar ver sus pechos, son muy grandes y creo que no está mal decir que se ven deliciosos, creo que si soy pervertido.

Me acerqué un poco para seguir oliendo, pero esos dos bultos que son solo míos, (cabe aclarar) me desconcentran así que bajé un poco y me dediqué a mirarlos un poco más

Sintiéndome un poco satisfecho de ver y oler le di un beso en el cuello para luego quitarme de allí e ir al asiento del piloto y manejar hasta la casa. Si me ven dirán que la secuestré, pero no puedo robar algo que es mío por derecho.

Llegué a la casa, bajé del carro dejándola a ella dormida dentro de el, fui por mi maleta y mis cosas y regresé al carro, manejé rumbo al aeropuerto... Tomé mi teléfono y llamé a Lia.

- Lia. Encontré a mi mate toma las cosas de ella, deben estar en la fundación, pregunta quien es la chica de pelo largo y curvilínea.

- Está bien, ya lo hago. Por cierto, encontramos a nuestros mates justo ahora están dormidos, los tuvimos que drogar. – La escuché emocionada, sé lo que se siente. Yo estoy de esa forma sumándole una pizca de desesperación.

- Eso es bueno, me alegro mucho por ustedes. Busca lo que te pedí y regresen con ellos, el avión despegará en dos horas.

- Está bien, nos vemos allí.

Colgué la llamada y seguí manejando hasta llegar al aeropuerto. Bajé con ella en mis brazos estilo princesa, uno de los empleados tomó mis cosas y yo me dirigí al jet privado con mi hermosa Luna.

Al subir recosté a mi Reina en una cama y empecé a contemplar su hermoso rostro, era todo y mucho más de lo que le pedí a la madre Luna.

Después de un tiempo ella empezó a abrir sus hermosos ojos cafés y al mirarme se asustó mucho comenzando a llorar, intentó escapar, pero como sigue aturdida por el cloroformo no me costó nada tomarla y sentarla en mis piernas, la tomo por la cintura con una mano y con la otra acaricio su espalda mientras ella se mueve como una lombriz.

- Por favor suéltame, te prometo que no le diré a nadie si me sueltas. ¿Sí? Por favor. - Pidió llorando a más no poder.

- No y no insistas con eso que nunca te alejarás de mi lado. ¿Escuchaste? NUNCA, conmigo serás muy feliz mi hermosa Luna. – Traté de sonar sereno para no asustarla.

Es que estoy tan embobado con su belleza.

- ¿Tu... tu qué? Creo que te confundiste de persona, yo no me llamo Luna, Yo me llamo Rocío. ¿Ves? Yo no soy la persona que quieres y talvez ella se parece mucho a mí. – Repuso tratando de sonar convincente mientras aun se le escapan algunas lágrimas.

- No, tú eres a la que yo quiero, Mi Luna es una forma de llamarte, te lo explicaré todo cuando lleguemos... Rocío. - Saboreé su delicado nombre entre mis labios - Que hermoso nombre, cómo tú. – Le hablé coqueto mientras acariciaba su pelo y observaba su lindo rostro.

- ¿Cuándo lleguemos? ¿Cuándo lleguemos a dónde? ¿Me secuestraste para sacarme del país? Por favor razona conmigo. ¿Quieres? – Preguntó bastante asustada.

- Sí, te llevaré conmigo a Alaska y eso de hablar será únicamente para que te enteres de cómo será tu vida de ahora en adelante, ahora descansa y no hables que el viaje es largo y no quiero que te pase nada malo. – Dije con voz baja para después acostarla sobre mi pecho.

Ella muy enojada y mientras aun lloraba no dijo nada, creo que me tiene miedo, eso no me gusta, ella es la única persona que deseo no me tenga miedo, mientras pasaron los minutos llegaron Tyler y Lia con dos chicos más, mi Luna al verlos se sorprendió y... ¿Alegró? Se levantó quedando sentada en mis piernas mientras apoyaba su espalda a mi pecho.

- ¡ROCÍO! - Exclamaron sorprendidos los chicos en una sola voz.

- ¡CHICOS! - Se giró a verme enojada. - ¿También secuestraste a mis amigos?

Yo la sigo teniendo en mis piernas, así que no se movería de aquí. ¿Qué, sus amigos? Esto sí que es una gran coincidencia, la madre luna es sabia, nos hizo un destino juntos. Al menos el viaje sirvió para matar tres pájaros de un tiro.

- En realidad sólo a ti, mis amigos secuestraron a tus amigos. - Respondí sonriéndole.

Ella me miró muy seria y enojada después solo miraba a sus amigos. Pasó el tiempo necesario para que el jet despegara. Decidimos soltar a nuestros mates para que estén juntos, pero ella solo se abrazaba con la otra chica que según sé se llama Ariana, no abrazaban a su amigo porque Tyler, Lia y yo les gruñíamos. Se miraban sumamente aterrorizados.

Después de casi todo el día y parte de la noche llegamos a Alaska, bajamos los seis del jet y nos dirigimos al carro, nos sentamos; yo en el asiento del piloto, mi Luna en el del copiloto, Lia y Daniel atrás y a la par de ellos iba Tyler y en sus piernas iba Ariana, decidimos irnos juntos en el mismo carro para no levantar sospechas.

Nos pusimos los cinturones de seguridad para después manejar rumbo a mi castillo en donde mi preciosa Luna será muy feliz a mi lado.

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