Abby
Martha me observa detenidamente con una ceja arqueada cuando salgo del elevador, Máximo está tomando el juego de naranja y al terminar toma un paquetito de galletas saladas, abre el empaque y le da la mordida a una.
―Gracias Martha― se gira hacia mí, yo sigo de pie en el recibidor y apenas puedo pestañear...―Estaré en el despacho, no me esperes, tengo mucho que hacer.
Asiento lentamente, Martha y yo miramos como Máximo se dirige hacia el despacho en la planta baja. Luego me encuentro con la mirada de Martha, una sonrisa adorna su rostro y el brillo de emoción salta a la vista.
―Martha yo...
―No diré nada, señorita Benson, soy una tumba.
Asiento lentamente, le hago saber a