El tiempo transcurría con mucha lentitud. Élián entraba a la sala de las reliquias para repasar una y otra vez las que tenían e incluso la que poseía Oiluj y que no había querido entregar por orden de la antigua reina, todo era para asegurarse que reliquias faltaban. Salía de la sala y volvía a la sala de mando a asegurarse de que todo con respecto al navegador estaba bien, ya que no había señal alguna de ninguna de las reliquias errantes.
- Quisiera saber. – Dijo Neithan un día. – Tú dijiste que el navegador que le implantaste a la nave no funciona si tú no estás aquí. – En ese momento los tres se encontraban en la sala de control - ¿Por qué?- Creo que no es el momento oportuno para mencionar eso Neithan. – Dijo Oiluj sin inmutarse - No puedo responder a tu pregunta, no ahora.- Que no es el momento oportuno. – Dijo Ne