Transcurrieron dos años en normalidad y calma, había terminado mis estudios secundarios y para entonces había decidido hacer un alto en el camino antes de dar inicio a mis estudios universitarios, esta decisión no fue bien recibida por mi madre, pero era algo que no estaba sujeto a discusión por varias razones: En primer lugar por el evidente deterioro de su salud, su corazón al parecer no era la maquina fuerte y potente de antaño, por el contrario y según las últimas charlas que sostuve con su médico, había padecido varias fallas cardiacas que no se manifestaron con síntomas externos y como consecuencia, trabajaba a un cincuenta por ciento, él fue muy enfático en advertir que por todos los medios debía evitarle el abuso físico, los esfuerzos, las emociones fuertes y sobre todo el agitarse, eran instrucciones