Una semana después
Domingo 24 de diciembre
Mansión de la señora Lisa Anderson
Cuando el desfile iba por la mitad surgió el primer problema de la noche
-¡Pero niña! ¿Cómo pudiste romperlo? Es exclusivo ¡Exclusivo y único! Solo existe uno. ¡Ese!-señalo el diseñador y coordinar de las modelos. Este gritaba por aquí y por allá
La alta mujer de cabellos oscuros no hallaba donde meterse de la pena.
Ariel sintió lastima por su amiga, y como una mujer valiente y leal interfirió diciendo -Pero Fausto, podemos utilizar el repuesto. El modelo no acabado
-¡¿Cambiar la prenda elegida para modelar ahora?! ¡¿te volviste loca mujer?!-solto como si le hubiera dado la idea mas descabellada del mundo
-Estoy brindando soluciones. No es culpa de Ana haberse quedado enganchada en aquel monumento.
-Deben mantener los vestidos seguros. Solo darlos durante el cambio. -se cruzo de brazos -No andarse pavoneando con ellos puestos por allí para impresionar. Son carísimos. -luego miro molesto hacia la chi