—¿Te perdiste de camino al baño de hombres?—solo me mira y no responde—¿Me dejas pasar?, necesito ir por Niccolò y lavar sus manos también—me muevo en dirección a la puerta pero él me detiene agarrando mi brazo y pegándome a su cuerpo.

—¿Qué se siente que te ignoren Allecra?, ¿Qué se siente que te den una cucharada de tu propia medicina?, ¿Te pusiste celosa por Melania?—Es un ridículo, eso me hace reír con fuerza, parece un niño haciendo una escena para darse a notar.

—Pues nada, no siento nada, puedes estar con todas las mujeres de New York si así lo deseas, solo vine porque me pediste ver a los niños, lo que hubo entre nosotros ya pasó, lo que importa aquí y ahora, es como vamos a criar a los niños—él sonríe y toma de mis brazos a Gianna, mi hija se ríe para luego tocar el rostro de su padre así como lo hizo con Gabriel más temprano, él la besa en su mejilla pegándola más a su pecho y me lanza una mirada de odio puro.

Se gira y se va sin decirme más, suspiro cansada de está situació