CAPÍTULO 7: ¿TIENES UN AMANTE?
El silencio llenó la habitación. Giovanni, estaba desconcertado por la respuesta de Adeline, dio un paso atrás e intentó ocultar el torbellino de emociones que lo invadía.
—¿Así que estás de acuerdo? —preguntó con voz fría.
Adeline asintió.
—No tiene sentido seguir —dijo, sin dudar—. Está bien, vamos a divorciarnos.
Giovanni sintió que algo se rompía dentro de él. Al principio, su mente no registró la gravedad de lo que acababa de escuchar. Había esperado una pelea, tal vez lágrimas o súplicas, pero no esto. No la aceptación fría y calmada que Adeline le ofrecía. Sintió una oleada de sorpresa que lo dejó en silencio por un momento, como si el guión que había imaginado se desvaneciera frente a él.
¿Así que ella también quería dejarlo? Esa idea comenzó a enraizarse en su mente y, con cada segundo que pasaba, la sorpresa dio paso a una sensación mucho más inquietante: miedo. Y también rabia.
Ver a Adeline tan resuelta, lo descolocó. Las palabras de ella res