Capítulo 32.
Narra Daimon.
—A quien no le gustaría si estamos en París, amor es ¡París! —Exclama.
—Te gustaría salir y ver todo desde fuera la vista es mucho más hermosa—. Extiendo mi mano, ella la toma y la presiona.
—No puedo creer que este frente a la torre Eiffel, amor—. Sus facciones son de asombro.
—Y pienso llevarte hasta el Taj Mahal si quieres—. Rodeo su cintura y hundo mi rostro en su cuello.
—¿De verdad?
—Si quieres podemos ir ya, podemos recorrer el mundo entero si quieres, solo dime dónde y te llevo en un abrir y cerrar de ojos—.
—Primero disfrutemos de la ciudad del amor, y otro día vamos a todos esos lugares que me gustaría recorrer—.
—Como tú quieras mi amor—. Salimos del edificio y vamos a la torre Eiffel.
Subimos al último piso y nos sentamos a disfrutar de la vista...
No me importaba ver esta torre en sí, solo quería disfrutar y estar con ella, era increíble cómo sus expresiones cambiaban de momento lo sorprendida que se veía por todo.
Al caer la noche en París todo se veía mejo