Al día siguiente: 26 de diciembre
Han sido pocas las horas que he conseguido manejar el nivel de ansiedad que sentía porque fuésemos a ver la casa juntos. Estaciono el auto en la entrada de coches de la casa y me quedo un instante apreciando su rostro. Esta feliz, asombrada...
—Es hermosa.— Dice bajito y sonrió.
— Y espera a que veas dentro, te encantara. — Le aseguro y sin más, bajo del auto.
Mientras ella baja, yo abro la puerta de atrás y bajo a Aysel. —Princesa, mira... este será tu nuevo hogar.— Le digo a mi pequeña y dejo un tierno beso en su frente.
—Es enorme... Necesitaremos radios para saber en dónde estamos. — Bromea y reímos.
—Exagerada.— Digo entre risas y con un brazo cargo a mi hija, mientras que con la mano libre tomo la de mi futura esposa para caminar hacia la entrada