He reflexionado extensamente sobre esto, pero estoy firmemente decidida a no perdonar a Mateo. Las continuas ofensas y la manera en que ha agraviado a mi propia hija son imperdonables para mí. Las injurias hacia mi niña las considero merecedoras de un castigo severo, incluso llegando hasta la posibilidad de la muerte. Entiendo que está herido por su accidente, pero eso no justifica sus acciones ni exime su responsabilidad de enfrentar las consecuencias de sus actos.

En este preciso instante, estoy en la sala, observando con el corazón lleno de emociones encontradas mientras Luca corre y juega por todo el lugar. Mateo se encuentra a su lado en su silla de ruedas, haciendo un esfuerzo evidente por participar y jugar con el pequeño, a pesar de las limitaciones físicas que enfrenta. La escena es un retrato de la determinación de Mateo por ser parte activa de la vida de Luca, a pesar de las adversidades que enfrenta.

— Te sigues derritiendo al ver a mi hermano.— Expresa Irina

—Por más que