La obsesión del Italiano.
La obsesión del Italiano.
Por: Alev
Desprecio

Mi nombre es Nicole Briss.Mi padre trabajaba en el ejército, pero desgraciadamente perdió la vida en una misión muy importante contra una red de tráfico de personas.

Organizaron una emboscada para rescatar a las víctimas y atrapar a los captores, pero descubrieron que era una emboscada de parte de los narcotraficantes. Al parecer, alguien vendió su ubicación al enemigo y colocaron un explosivo.

Mi padre decidió cubrir a su superior el Coronel Rafael Spencer mientras este ayudaba a las personas a huir junto con otros compañeros; luego intentó escapar, pero ya era tarde y el lugar explotó.

Cuando murió papá, yo tenía ocho años. Mi mundo se detuvo. A pesar de que lo veía en pocas ocasiones debido a su trabajo, teníamos una relación muy sólida.

Esperaba paciente todos los días para volver a verlo y que él me salvara del sufrimiento que era mi vida.

Mi madre toda la vida ha sido adicta al alcohol y otras sustancias. Cuando ingería sustancias, era muy agresiva conmigo. Le tenía terror y me ocultaba en el closet o en otros lugares.En ocasiones lograba librarme, pero en otras no.

No fue difícil para Rafael obtener mi custodia legal; había mucha evidencia de que yo no estaba siendo cuidada. En principio, cuando lo conocí, era muy tímida con él y me costaba conectar, pero con el tiempo comencé a verlo como a un padre.

Él ha sido muy cariñoso conmigo, muy paciente y sobreprotector. Siempre le estaré agradecida porque él me salvó la vida, me salvó de vivir con esa mujer o terminar en un orfanato porque no tengo más familia.

Rafael tiene un hijo, Noah Spencer, yo lo he amado desde que soy una niña. Sin embargo, cuando la esposa de Rafael murió él se marchó a vivir con su abuela materna. No lo ví en muchos años hasta hacer unos cuantos meses cuando regreso al país debido a que fue nombrado Coronel del ejército.

[...]

Me acabo de entregar a Noah, y todavía estoy tratando de entender cómo ocurrió todo tan rápido. Simplemente, me dejé llevar por el amor que siento por él. Sé que está mal porque es mi hermanastro, pero mis sentimientos fueron más fuertes y no pude evitarlo. Amo a Noah con todo mi ser, tanto que incluso acepté mantener nuestra relación en secreto, lejos de los ojos de nuestro padre y de todos los demás.

Pero después de estar juntos, su actitud cambió completamente. Noah me mira con frialdad, y no entiendo por qué. Ya no acepta mis abrazos ni mis besos. Definitivamente, esta no es la reacción que esperaba después de haberme entregado a él. Pensé que nuestro momento juntos nos acercaría más, pero parece que lo ha alejado más de mí. Esto me deja confundida y dolida, preguntándome qué pasó por su mente y qué significa esto para nuestro futuro.

— Lava eso — indicó él señalando la mancha de sangre en la sábana —. No debiste mentirme.

— Yo no mentí — respondí, con confusión tejiendo mis palabras.

— No me dijiste que eras virgen.— Espetó rodeando sus bellos ojos azules.

— No suelo contarlo a todo el mundo, y además, ¿por qué lo dices como si fuera algo malo?— Pregunté confundida.

— Nicole, no soporto a las vírgenes. No me gusta generar expectativas.— Explica.

— No te entiendo. ¿Qué tiene que ver eso con...?— Inqueri

— No quiero complicaciones. Si hubiera sabido que eras virgen, quizás me habría ahorrado el esfuerzo.— Responde con desden— Las putas me salen más baratas y sin menos dramas.

— ¿Es en serio? No puedo creer que estés diciendo esto después de todo lo que pasó.— Exprese molesta.

— Deberías haberlo dicho. Las cosas podrían haber sido diferentes. Todas son iguales — afirmó Noah, con un tono de desdén en sus palabras.

— No entiendo a qué te refieres — repliqué, sintiendo la tensión en el aire.

— Las mujeres se obsesionan con el primero, con ese momento especial. Y luego, todo se complica. Si lo hubiera sabido, no habría tomado ese camino contigo.

Esas palabras me están destrozando por completo. Hago un gran esfuerzo para contener mis lágrimas porque él no lo merece.

— Además, somos hermanastros — dijo Noah con frialdad, como si eso explicara todas las complicaciones.

— Nunca te importo antes de llevarme a la cama. Hace meses me insistes, Noah.

— No me complicaré la vida teniendo una relación formal contigo — afirmó, como si eso fuera una solución simple.

— Pero eso no es lo que yo quiero — Pronuncie intentando conservar mi dignidad y sintiendo un nudo en el estómago.

— Pues mejor así. No te he prometido nada más que sexo — dijo Noah, con una sinceridad que cortó como un cuchillo afilado.

— ¿En serio? ¿Es eso todo para ti? — pregunté, intentando ocultar mi decepción.

— Así es. No esperes más, Nicole. Es lo que hay. Eres muy buena en la cama y si quieres más te complacere con gusto; sin embargo, no esperes nada más de mí.

Cuando él se marchó, dejé caer todas mis lágrimas, incapaz de creer lo cruel que fue conmigo. Me sentía estúpida por haberme entregado a alguien que claramente no le importó.Mientras mis lágrimas caían, me di cuenta de la crudeza de la realidad: había confiado en alguien que solo buscaba satisfacer sus propios deseos.A la mañana siguiente, antes de que él despertara, decidí marcharme.

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