Por Franco
Me paré y rodeé mi escritorio para llegar al lado de Macarena.
Ella seguía sentada, le extendí la mano para que se pare, pero me ignoró.
-Maca, cielo…
No me contestó, ahora ni siquiera me miraba y se notaba el esfuerzo que hacía por no llorar.
-Cielo…
-Me mentiste.
Me dijo al fin y sus lágrimas comenzaron a correr silenciosas por las mejillas.
-No...no te mentí.
-Si no hubiera sido por Mabel, no me hubiese enterado que estuviste todos esos días con ella, te lo tenías muy bien guardado.
-Perdón, pero te juro que no pasó nada y nada va a pasar con ella, no estuve con ella, no me interesa, te amo a vos.
-Sos el primero en hablar de confianza y ponele que te creo, pero me ocultás cosas y cosas importantes.
-No son importantes, ella no me importa.
-Cuando llegaste, casi te agarrás a trompadas porque un chico me estaba proponiendo tener algo con él.
-Sí, pero te toco la pierna…
-Jurame que Mabel no te rozó ni te tocó.
Mierda, me dio su punto.
-Júrame que no te dijo que se quería