Sebastián.
Estoy entredormido pero siento que me besan la oreja y me rodean por la cintura, sonrio Anastasia qué traviesa eres.
-Buenos días mi lleti.
Esa vos no es la de Anastasia, es de un hombre maldito Julio, abro los ojos y volteo el me mira con una sonrisa, lo rempujó con mucha fuerza.
-Que puta madre crees que ases.
-Que delicado eres cuñado.
Lo tomo de la camisa y lo sacudo. Le daré la pálida de su vida.
-Ya se pueden callar.
Por mis gritos despierto a Anastasia, me toma del brazo y suelto a Julio, ella se recarga en mis piernas para dormirse de nuevo. La puerta trasera se abre de golpe, todos volteamos a ver quién era, era Cinthia se miraba furiosa se aserco rápidamente y apunto con un dedo a Anastasia.
-Tu puta enana me las pagaras.
-Mira no es mi culpa que seas una borracha que se duerme en cualquier lado.
-Mira yo no soy una borracha, esa era tu estúpido hermano.
Anastasia baja la cabeza y aprieta lo