La despedida en el aeropuerto resulta bastante incomoda y rápida. Maite solo quiere subir a ese avión de regreso a casa y olvidar ese fin de semana en Grecia.
Le envía un mensaje a su madre que está de regreso y se acomoda en su puesto para tratar de dormir durante el vuelo. Se siente tan avergonzada, que no podría tolerar un solo comentario por parte de Marcus.
Apenas empieza a salir el sol, cuando Maite salía del aeropuerto junto a Marcus, el chofer de Mía se acerca a ellos ayudándolos con el equipaje.
—Hija, ¡Cuánto te extrañe! —Mía sale a recibirla en cuanto escucha el carro llegar.
—Y yo a ti —responde un poco cabizbaja.
—¿Ha sucedido algo? —conoce lo suficiente a su hija para saber cuándo algo no está bien.
.
Maite niega sin querer hablar del tema, entonces Mía voltea hacia Marcus buscando una mejor respuesta. Gerard sale a recibir a su hija y se da cuenta que algo sucede.
—Vayan a desayunar, en un momento las acompaño —le pide a su esposa para hablar a solas con Marcus.