La mañana caliente y sofocada de Jerusalén se puso
de pie, a las siete de la mañana estaba casi imposiblequedarse en la habitación sin el aire acondicionadoconectado, el calor del verano era un factor contrario para loscinco, ya que vinieron de Europa e incluso en el verano, elcalor no era tan fuerte como allí, el aire se encendió dejandolas habitaciones cómodas, cuando bajaron para tomar eldesayuno un colorante de aire caliente invadió el hotel, peroluego una brisa más fría pasó, caminando por los pasillos delhotel por el sueño todavía, Eliot y los demás se sentaron en elpequeño, pero acogedor comedor y comieron, algunasescenas bíblicas componían el restaurante, como unacantidad enorme de pan sirio y varias frutas.Mientras tanto en Francia dentro de la Orden elcelular del señor Byron tocó alto e interrumpió su discurso.- ¡Un minuto! - Él salió de la sala cerrando la puerta detrásde sí.- ¡Padre! Estamos en Tierra Santa, ya estamos listos para esanoche, no se preocupe, el Fénix me dijo que todo está bien yhasta ahora nada de lo malo ha ocurrido.- decía el chico en el pequeño celular.- Genial, en cinco días vuelva, necesitamos desvelar eso y enbreves cambiar la humanidad, mostraremos el camino de laluz a los que no creen, sólo una cosa más mi hijo, no searriesga mucho, ya perdí a una persona importante y, noquiero perder otra. Este secreto no vale su vida.- el señor Byron habla estas últimas palabras con los ojosmareados y con su cara triste.- Quédate bien mi padre y mi maestro, volveré incluso antesde que te extrañe. Los otros mandan los saludos. ¡Hastaluego!- Eliot apagó el teléfono miró hacia fuera en un balcón delhotel ya los pies del Monte de los Olivos notó el diseño de laspiedras, al lado de ellas una fina gramo. "En un lugar árido lahierba nacía de forma delicada y hermosa". Pensaba el chico.Dentro de la Orden el padre de Eliot regresaba a lasala de clases, donde contaba para los más jóvenes losacontecimientos, él mostraba los símbolos y los secretosescondidos del público en general, cuando una preguntainterrumpió las explicaciones.- Pero, esos secretos deberían ser mostrados al público, puescon el conocimiento esa ignorancia y miedo desaparecían?¿Verdad?-preguntó un joven.- Desde antes de Cristo intentamos explicar hechos y fuentes,pero para algunos la ignorancia es un capullo de donde nologran ver el mundo con los ojos que aquí vemos incluso losmasones, juzgan como brujos y sabemos muy bien que ellosno son eso. Para la gran mayoría de los hombres sectas yfraternidades estudian el diablo.- el señor Byron suelta una risa siendo acompañada poralgunos jóvenes.-More, pero si esas sociedades no son malas y sabemos queno lo son, ¿qué piensan? ¿Por qué? ¿Usan esas excusas parasubyugar algo que no entienden? - decía el chico que semostraba indignado.- Déjame contar una historia. - empezaba la explicación.En Jerusalén los cinco caminaban hacia el centro dela ciudad vieja, dentro de las murallas, los muros de lasmurallas daban un contraste enorme con las calles modernasde la nueva capital, mirando desde una perspectiva diferente,la ciudad nueva de Jerusalén se confundía con otras ciudades,pero con algo muy diferente ella nació alrededor de la vieja,que aún mantenía los muros enormes, que mostraban el brillode otrora de la capital de la fe.Los paseos por la ciudad estaban dando margenpara las investigaciones y para los mitos antiguos, la energíaque emanaba de esas paredes era impresionante, incluso elFénix que sólo hablaba con Eliot era sentido por el chico. Eldía comenzaba a ponerse, mostrando una hermosa puesta delsol. El primer intento estaba a punto de empezar.En un punto distante, un sentimiento inundaba lacabeza de un líder religioso, algo estaba por ocurrir y pronto,su mente le daba la señal, pero él no podía saber lo que era.Entonces una visión él tuvo, y en su visión él veía el mundoen ruinas en pedazos el sentimiento pasó y luego ese líderlevantó y abrió las cortinas.De vuelta a la Orden, el señor Byron comenzaba suexplicación.- El mundo es un lugar extraño, las personas no quierendetener el conocimiento, pero no es por qué no se conectan,sino que, así que aprendieron a portarse en la sociedad, perohay quienes no aceptan una imposición, sea religiosa, políticao incluso filosófica, y por lo que nos consta fue siempre así. -dice el señor apoyado en su bastón.La clase estaba en su término cuando el señorByron pidió al niño permanecer en la sala, Christopher letemió haber hecho algún comentario equivocado y por esollegó quieto cerca del maestro, que le miraba con curiosidad,sus cabellos negros arrepentidos no se comportan, porque supelo tenía un remolino que lo pintaba, incluso contra lavoluntad. Sus ojos curiosos buscaban las respuestas para todoy fue justamente por eso que él había encontrado en la Orden,su padre y madre, no le gustaba la idea, pero algo allí dentrolo dejaba más feliz, con la certeza de estar ayudando a lasociedad de al- de forma.- Maestro, ¿yo por casualidad hice o hablé algo mal en laclase de hoy? - decía el niño.- De alguna forma. - dijo el señor Byron apoyando su peso enel bastón.- Te llamé aquí mi joven, pues tienes algo especial y tuspreguntas son realmente instigadoras, pero creo que no paraniños de tu edad.-Yo sé de eso, pero no puedo hacer preguntas menoselaboradas, su hijo, el maestro Eliot siempre dijo para que yome sobre saliera sobre los demás, pues eso me haría grande. -decía el chico cortando las mejillas.- Christopher, siga siempre su corazón, nunca desista de sussueños, sé que usted es especial, y que va a hacer muchascosas importantes, pero también sé que es sólo un chico,aunque me gustaría poder entrenar. ¿Qué piensa usted? -decía el maestro mirando al pequeño, en los ojos.- ¡Nuestra! - Él dio un salto de alegría y abrazó al maestro,luego él soltó.- Lo siento, me emocioné. - el maestro bajó y abrazó al chico.- No se disculpe por los gestos de cariño, son ellos los quenos hacen ser diferentes, su abrazo fue espontáneo y mereceser cultivado. Entonces a partir de la próxima semana ustedviene a tener clase conmigo, después de eso.- Claro maestro. - el niño salió corriendo de la Orden,cantando y muy feliz.La noche se ponía de pie, y se mostraba más fría,del auto del Monseñor de los Olivos Eliot, Alfred y los otrossalieron, y entonces la verdadera misión comenzó. Laubicación del arbolito era precisa e incluso con los obstáculosdel camino ellos estaban cerca, las piedras se deslizabanfuera de la colina y en los pies de ella una sola higuera, fuerade los muros de la ciudad vieja y distante de la nueva ciudad.Un pequeño desierto totalmente sin vida se mostraba paraaquellos que no tenían miedo de lo desconocido.En ese momento dentro de la Orden en París elseñor retiró los ojos de lectura y colocó la mano sobre la cara,presionando los ojos, una imagen estaba en su mente, cuandoentonces él miró de nuevo una figura siniestra en su frente. Élentonces cerró nuevamente los ojos y la figura salió, perootra apareció con una luz acogedora, entonces él tomó susllaves y cerró la Orden.El sueño no venía para el joven Christopher, elseñor Byron y para los cinco que estaban a punto dedesentrañar el misterio, entonces en la primera noche loscinco en Jerusalén comenzaron el descenso de la colina.- ¿Lugar muy extraño para alguien morir? ¿No lo creen? -preguntó uno de los miembros.- Las personas desesperadas no eligen el lugar de suejecución mi querido amigo, ellas sólo arreglan fuerzas y sematan, pero tengo que competir con usted. - decía Alfred,mirando fijamente al lugar árido y lleno de piedras.- ¿Podemos pensar un poco antes de hacer preguntas idiotas?No se dan cuenta de que acabamos de pasar por la vía deldolor, dentro de los muros de la ciudad vieja, Judassimplemente corrió en esa dirección, pues de aquí nadie loveía, pero de ese lugar él podría ver a su maestro siendomuerto en la cruz, y de ese mismo lugar hoy no conseguimosesa visión, pues varias construcciones nos impiden, pero aquíestá los márgenes de la Derekh Yerikho, donde el mayormiserario descansa. - dice con claridad Eliot, cuando uno deellos mira hacia abajo y ve la bulliciosa avenida.- Los tiempos son otros, no podemos mirar como siestuviéramos en dos mil y catorce, tenemos que mirar comosi estuviéramos en el año cero.Una piedra se soltó de la superficie de la ladera y se paró enlos pies de Alfred. Eliot ya estaba bastante cerca del árbol deárboles cuando un viento helado lo hizo retroceder, algoestaba muy mal. Todo estaba demasiado fácil.