Punto de vista de Bella

Me acosté inmediatamente después de cenar. Temiendo lo peor: que Eric le revelara mi secreto a mi marido, tuve una pesadilla que me hizo retroceder en el tiempo.

Estaba de vuelta en esa casa. La casa de Eric. Era nuestro hogar, pero nunca me sentí parte de él. Cada habitación de esa mansión parecía llevar el juicio de Grace, como si su desaprobación se hubiera filtrado en las paredes, impregnando el aire.

Estaba de pie en la sala. Era una sala grande con cortinas de terciopelo y una hermosa lámpara de araña de cristal. También era donde Grace siempre recibía a sus amigas. Sostenía con manos temblorosas una bandeja de galletas que había horneado ese mismo día. Grace me había dicho que las trajera. Ese era mi papel. Siempre fue mi papel. Una sirvienta disfrazada de nuera.

Las mujeres me miraron en cuanto entré, sus ojos me recorrieron como si yo fuera una presa y ellas mis depredadores. Bajé la cabeza, mis nudillos blanquearon contra la bandeja. "Ponlas en la mes