El día siguiente.

Nicole fue a la oficina porque tenía que reemplazar a Grant en una reunión con un cliente esa tarde.

Ellos acordaron encontrarse en el club de golf.

Antes de que Nicole pudiera irse, recibió una llamada de Clayton Sloan.

Clayton era muy gentil y modesto. Él sabía cuándo avanzar y retroceder.

Después del susto de la última vez, Clayton no se atrevió a aparecer frente a Nicole para darle tiempo a olvidar.

"Nicole, ¿quieres ir de compras esta tarde?".

Nicole frunció el ceño. "Señor Sloan, ¿es este tu nuevo pasatiempo?”.

Clayton se rio. Su voz era clara y agradable.

“Michael se enteró de que estabas asustada e insistió en que debería calmarte. Incluso si tengo que comprarte todo el centro comercial, tengo que hacerte lo suficientemente feliz para que lo perdones…”.

Nicole no pudo evitar reírse. El mundo de un niño era verdaderamente crudo y simple.

El Pequeño Michael todavía no sabía lo difícil que era ganar dinero.

“Lo perdoné hace tiempo. Yo soy la que no su