Cap. 4 Matt Owen

Su padre parecía renuente, pero ella ya lo había decidido, Alexis Castle era el amor de su vida y se iba a casar con él, pero primero debía de dirigir la reunión de los médicos altruistas que ayudarían en operaciones para los niños, se harían reconstrucciones faciales, labio leporino, se colocarían prótesis, en fin, muchas cosas.

Margo la ayudaba en todo eso.

—Así que tu padre odia la idea del matrimonio.

—Amará a Alexis.

Sabía que no era tan fácil, entonces su amiga le indicó.

—Sabemos que hará que firme un contrato matrimonial por tu bien.

—Entonces lo hará, sé que Alexis no es interesado.

Elisa llegó en esos momentos contenta, parecía renovada.

—Hola, chicas, ¿cómo va todo?

Fortuna le dijo alegremente.

—Me voy a casar con Alexis después del evento.

Eso sorprendió a Elisa.

—Debes contarme todo eso, es increíble que tu padre te deje.

Fortuna hizo un puchero y le comentó.

—Él odia la idea, pero es mi vida.

Margo le comentó.

—De seguro pedirá un contrato matrimonial, voy a dejar estas invitaciones en la recepción para que las entreguen.

Elisa quedó sola con ella y entonces le comentó a su amiga.

—¿Harías eso del contrato?

—Bueno, sé que Alexis es un buen hombre, pero mi padre desea asegurarse.

—Puedes oponerte, ¿o no?

—Es lo que mi padre pedirá, Elisa, no puedo ir contra eso.

Elisa no podía permitir aquello y entonces le dijo su punto de vista.

—Si crees en el hombre que amas, Fortuna, no le hagas eso, ambas sabemos que Alexis no tiene dinero y que esta relación ya es condenada por los medios.

—Lo sé…

—Escucha, finge que aceptas firmar ese acuerdo, puedes hacerlo.

Fortuna le explicó.

—El documento tiene que firmarse antes del matrimonio.

Elisa no se detendría y le comentó.

—Pues retrásalo hasta la noche de bodas, entonces cuando consumas el matrimonio no será válido, eso he escuchado. Solo no debes comentarlo con nadie, para que no llegue a oídos de tu padre.

Se escuchaba tentador, entonces la idea se fijó en su mente. Margo regresó y las tres fueron a tomar unos cocteles, la charla era amena.

—He pensado en hacerme una cirugía de aumento de senos —comentó Margo—. Siento que me falta un poco.

—Entonces aprovecha a los doctores que asistirán para el evento, todos son cirujanos —comentó Elisa.

—Podría ver cuál es el mejor, aunque me dicen el doctor Matthew Owen, tiene manos de artista.

Fortuna revisó su lista y comentó:

—Va a asistir al evento, me costó reclutarlo, es muy codiciado.

—Y apuesto. Eso vi en una revista, operó a la modelo Silvina Garret después de su embarazo, esa mujer hasta se sacó varias costillas, lo entrevistaron y era muy guapo.

Fortuna dijo entonces:

—No más que mi Alexis.

Ellas rieron y Elisa les dijo:

—Cuando tenga dinero me voy a hacer operar de Owen.

—¿Qué?

—Eso no importa, con tal de conocerlo.

Ellas reían ante sus ocurrencias, mientras la mente de Fortuna se enfocó en lo que debía hacer para que su padre no molestara con eso del contrato.

**

Laila era la asistente del doctor Owen y en ese momento revisaba la agenda y se dio cuenta de que el evento de los Ferris era al siguiente día y entonces fue a avisarle a su jefe sobre aquello.

—Matt, te recuerdo que tienes un evento programado, Sonrisas por siempre, que organiza la hija del millonario Ferris.

Él alzó la mirada y entonces le comentó:

—Es cierto, me dijiste que debía hacer algo por el prójimo y esos niños están muy necesitados.

Se tiró hacia atrás. Su cabello rubio lo usaba algo largo y un poco despeinado. Empleaba su bata blanca y hasta una corbata, por Dios, ni siquiera era real, solía pegarse corbatas falsas para dar la impresión de que era un profesional, esos detalles impresionaban a los pacientes; sin embargo, para él una buena chaqueta de cuero, una camisa holgada y unos jeanes, calzando botas era magia pura.

—Supongo que en esos eventos hay que ir formal…

Laila entonces le mostró un traje.

—Lo compré para ti, te verás divino.

—¿Es en serio?

—Matt, sé que no te importan esos detalles, pero hablamos del evento Ferris, es un programa destacado y tus colegas irán encantados a dar lo mejor de sí.

—Bien por ellos.

—Tú debes estar a la altura.

Él le mostró sus manos y le indicó:

—Ellas son las estrellas.

—Nadie dice que no lo intento, lo hago todo el tiempo.

Él sonrió, no podía cambiar lo que era, por favor, su esposa Ana siempre lo quiso así y admiró su originalidad.

—Eso te llevará algún tiempo, pero es por una buena causa.

—Mejor que ponerle las tetas postizas a una modelo, esos niños, cielos, sufren mucho.

Laila sonrió y salió dejándolo solo, Matt rebuscó entre sus cosas y encontró la elegante invitación que le la fundación Ferris le había enviado. El proyecto se concentraba en otorgar cirugías gratuitas a niños de escasos recursos. La causa le gustó mucho, siempre era bueno hacer esas acciones, las veía como loable y dignas.

Esa noche era la reunión y él asistió al salón del hotel, algunos médicos lo saludaron, otros se hacían los desentendidos.

La anfitriona era la hija del millonario Ferris, no sabía mucho de farándula, pero se decía cada cosa de esa joven. Notó a una bella rubia dando indicaciones a unas personas, tenía unas curvas muy provocativas, es más, podía decir que hasta naturales, sus pechos tenían una medida justa, su nariz respingada era natural, armonizaba con su esbelto cuerpo, no le aumentaría nada, ni le quitaría nada… Rayos, su profesión siempre metida en todo, no podía ver a una mujer sin notar cosas o pensar que quitándole algo o poniéndole se vería mejor.

Fortuna revisaba la lista de los médicos participantes que habían asistido al evento.

—Doctor Jamal, Doctor Cooper… Falta uno, el doctor Owen, espero que no falle, tiene una excelente reputación.

Él entró con su usual pinta de vago, nada de traje, eso no iba con él y ella lo miró con curiosidad, ¿Quién era ese tipo?, por Dios. El fijo sus ojos verdes en ella porque era hermosa, la segunda mujer más hermosa que había visto en la vida, tomó asiento en la última fila y esperó a que iniciara todo.

Entonces ella se acercó:

—Disculpe, este evento es privado, los rockeros se reúnen en el salón de junto.

¿Rockero había dicho? Y él se deslizó en el mueble en gesto cansado y con cierta guasa le dijo:

—Quiero ver qué hay aquí.

No estaba para atender a mirones.

—Como le dije, es un evento privado y hay gente respetable aquí reunida.

Él miró en torno, todos sus colegas estaban muy bien puestos con traje y corbata. Uff, él odiaba esos modos de profesional, ¿a quién intentaban impresionar?, los hacía de viejos y entonces viendo a la joven que esperaba una reacción de su parte, entonces comentó:

—Sí, se ve que son muy respetables.

—Puede irse, por favor.

—¿Por qué lo haría si me invitaron?

Ella se había reído irónica y le comentó:

—¿Quién pudo invitarlo?

Matt, con toda la prosa del mundo, sacó de su chaqueta de cuero una invitación arrugada y doblada.

—Lo siento, es que no soy bueno con estas cosas —la alisaba y se la daba.

Ni más faltaba, ella la abrió y leyó y lo miró detenidamente, luego volvió a leer y entonces le preguntó:

—¿Usted es el doctor Owen?

—Sí… Preciosa, lo soy.

Fortuna incrédula volvió a preguntar:

—¿Es el doctor Matthew Owen?

Él colocó las manos detrás de la nuca y bostezó:

—Sí, el mismo, espero que den algo de comer, no he almorzado.

—Soy Fortuna Ferris y… Lo invité para participar en un evento benéfico.

—Y aquí estoy, listo para ti, preciosa.

Todo era muy raro, según pensó la joven y entonces comentó:

—Bueno… Lamento la confusión.

—Te perdono, solo porque eres linda, la más linda de todas y perfecta criatura que mis ojos han visto.

Vio su enfado, tal se diría que le pareció un fresco; sin embargo, para él, ella era divina, perfecta en todo sentido.

—Gracias.

—En serio, no te pondría nada, todo lo tienes en tu sitio.

Ese era su mejor cumplido. Fortuna lo miró como un fresco y se retiró a iniciar el evento.

—Les agradezco su presencia a todos ustedes, doctores. El que den un poco de su tiempo para poder colaborar con la causa de la fundación Ferris. Estos son los niños a los que ayudarán en este proyecto…

Las imágenes de los niños, conmovió su corazón, esas pequeñas criaturas ya habían sido tocadas por la tragedia y el infortunio, si podía hacer algo lo haría con todo el placer del mundo y más para poder ver más de cerca a la preciosa Fortuna Ferris y su inspiradora causa.

Cuando terminaron se acercó a ella que estrechaba la mano de varios de sus colegas y entonces al verla sola le dijo:

—Es una noble labor la que hace.

—Más bien la noble labor la harán ustedes, solo soy una intermediaria.

—Es la segunda mujer más bella que he visto —dijo de pronto.

Ella sonrió, tal vez enseñada a los elogios, pero impresionada por ser, en esta ocasión, la segunda mujer.

—¿La segunda mujer?

—Sí, la primera fue mi esposa, ella murió, soy viudo.

Fortuna cayó en cuenta y entonces comentó:

—Es una pena, se ve que la amó mucho.

—Son cosas que no se pueden obviar, aunque estoy dispuesto a rehacer mi vida, con usted, claro.

Fortuna tuvo que bajarle dos rayas a su lance:

—Estoy comprometida —mostró su anillo con orgullo.

—Y yo no soy celoso, así que podría funcionar.

Fortuna sonrió, era muy apuesto y tal vez si no estuviera Alexis en su vida, podría hasta considerarlo, pero Alexis estaba y pronto sería su esposa.

La Pluma

Matt parece un fresco, pero tiene un precioso talento y un gran corazón, pero sabemos que eso no es suficiente cuando Alexis cautiva el corazón de Fortuna; sin embargo, esto apenas comienza.

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