—Eres un desgraciado, ya verás que voy a salir de aquí lo más pronto posible, y veras que te encontrare y te daré tan duro por tu trasero que me rogaras que te mate —Asiente con una sonrisa y una mirada vacía y malévola.
Zahir solo sonreía al ver como se lo llevaban hasta adentro de la estación de policía, él no había sentido tanta paz y satisfacción en la vida, como lo había sentido en ese momento, pues el saber que el cura no lastimaría más a ningún niño eso lo dejaba con mucha paz y tranquilidad, así que enseguida le dio un abrazo a la señora Alma y le dice:
—Ya podemos ir a casa en paz Mamá, ya Derek y yo podremos dormir tranquilos a partir de hoy — Dice mientras suspira y camina hacia su auto junto a la señora Alma
De inmediato toman camino a casa de Kis, para asi, poder darle la gran noticia a Derek, al llegar, lo observa mientras expresa una sonrisa, Derek se percata de ello y se da cuenta de que al fin el cura estaría en la cárcel para siempre, asi que solo le da un fuerte abr