63 - Ella no tenía miedo.
Ezekiel estaba levente consciente. Estaban subiendo a alguien a la ambulancia, mientras a él, lo sacaban de debajo de los escombros. Sus fuerzas no daban nada más, para mantener los ojos abiertos.
Todo lo que lograba escuchar, era un zumbido, y luego gente corriendo de un lado para otro. Su esposa, siendo sostenida por su padre, mientras al parecer, gritaba e intentaba salir corriendo. Su rostro estaba empapado de lágrimas.
Ella era hermosa, la más hermosa de las hadas, y él, un patán, que solo se ha dedicado a destruir su vida.
Ella cayó de rodilla, y él no pudo evitar sentir desesperación de ir a abrazarla. Giró la cabeza para no verla, y cerró sus ojos. Simplemente los cerró.
— ¿Quién fue el causante de esto? Quiero respuestas, ya — dijo Holly, caminando de un lado a otro.
Tomó la cruel decisión de no ir al hospital, y quedarse en el lugar del incidente. Tomó la decisión de despedir a los hombres de su esposo, y contratar nuevos personales. Y tomó la decisión de hablar con sus