JESSICA ANDERSON
Rose me dejó ayudarla con una tortilla, era muy amable conmigo y me caía bien, resultaba fácil acostumbrarse a ella.
— ¿De verdad que le estropeaste la cita al señor?La miré horrorizada, ¡Harry se lo había contado! Me sentí avergonzada. Pero me sonrió.— No te preocupes. Tampoco es que hubiera salido algo bueno de esa cita.La miré confusa.— No entiendo, él no para de recordarme que le estropeé su cita perfecta — ella se rió dejándome aún más confusa. — ¿Cómo se te ocurrió acosarlo?— ¿Eso te dijo?Ella se encogió de hombros mientras ponía la mesa.— En fin, no tienes que molestarte en contarme nada. Son asuntos de mi jefe y conociéndolo, espero que no te esté castigando.— ¿Castigando?— Él es algo, ¿cómo decirlo? —se puso pensativa— Vengativo, por decirlo de alguna manera, si no le pides disculpas hace lo que sea por hacerte la vida imposible. — Ya lo cr