*LO SIENTO, HERMANA*
Kate King.
—Señor… estamos de vuelta, intercambiamos la Van, y ellos están muertos… —Pasé un trago duro al escuchar a uno de los hombres diciendo muy nervioso, y luego, en menos de unos minutos, nos vimos bajando nuevamente a ese sótano.
Ahora no solo tenía las manos amordazabas, también me habían puesto una tela en la boca.
Me empujaron fuera de la Van y vi cómo a ese edificio llegó un montón de hombres que no entraron con nosotros a esa planta donde había estado horas antes.
Saber que habían eliminado a todos los que fueron al encuentro me creó un alivio momentáneo, pero a la vez una preocupación se instaló en mi pecho cuando uno de ellos me empujó a entrar y vi el rostro de Dong-Hyun mirarme.
—Todo se fue a la mierd@… no sé de donde salieron, parecía como si lo tenían planeado.
—Por supuesto —Dong-Hyun dijo con exasperación—. Ahora toda la maldita guardia de Seúl la usarán en contra de lo que poseo aquí. Entonces por ahora debo salir de Corea.
—Prepararemos to