CAPITULO 9

Regina en ese momento no puede creer lo que está sucediendo, no puede creer que el hombre del que se enamoró su hermana es precisamente la mano derecha de Jesús y el hombre que durante todo este tiempo ha sido como un padre para el pero además que ha sido el rival más ferviente de Gustavo, su padre ya le había explicado que Roberto era la principal causa de que él se sintiera amenazado debido a que esté siempre ve intentado quitarle la empresa.

Roberto empezó a bajar los besos por el cuello en un intento desesperado la toma de la cintura para llevarla hasta el sillón, necesitaba sentir que ella seguía siguiendo suya y que no había logrado cambiar los sentimientos que tenía por ahí durante todo este tiempo — tú solo eres mía mi amor, eres todo lo que siempre he soñado y lo que deseo — Regina se sentía completamente paralizado porque no sabía cómo procesar esta situación, obviamente estaba llena de nerviosismo porque no sabía lo que estaba sucediendo y mucho menos cómo actuar