James se sorprendió de lo liviana que era aquella chica cuando la levantó en brazos. No pudo recoger sus cosas, solo se la llevo a ella a su departamento y la acostó en el sofá. Cruzado sobre su hombro había un bolso, James lo abrió y encontró su identificación, leyendo su nombre: Maddison.
—Maddis