Capítulo XLII: Amor en el Río Nilo...
- ¡Maldito bastardo, maldita víbora! – golpeando una pared del establo
-Amenemhat cálmate, ya sabemos que quieren hacer, tenemos que ver cómo lo impedimos
-Kristen temo dejarte sola con ese par, cuando el armisticio termine... – siendo besado por Kristen
- Yo te juro que no flaqueare que estaré siempre fuerte y por sobre todo sabré manejar las riendas del país a cabalidad – se acerca y abraza a Amenemhat
-Kristen, no quiero tener que dejarte
- Entonces no me dejes, llévate algo mío, algo que te haga desear volver a Egipto, algo más allá de tu corona y tu trono
-Ya sé que me quiero llevar – montando en Abasi – pero para eso debemos ir al Nilo
-Será como tú digas – montando en Amus – vamos mi señor
Al salir estaba la tarde perfecta el sol aún no se pone y faltan varias horas para ello, al llegar a la ribera del Nilo encuentran una tienda cerrada, al bajar de los caballos y dirigirse a la tienda las cortinas de esta se abren y dejan ver una alfombra perfecta y varios cojines de muselina,