CAPITULO 7 EL ENFRENTAMIENTO

El día que fueron reunidos en la biblioteca para la lectura del testamento y mientras los abogados se preparaban, en su mente no dejaba de repetirse aquella frase dicha por Daniels Travers "sea lo que sea que Frank le haya dejado, se lo damos y esa joven desaparecerá para siempre de nuestras vidas, tal y como llego, no quiero otra cosa, que volver a mi vida normal, es lo mejor para todos"

Y había llegado ese día, ya sus maletas estaban empacadas y esa tarde dejaría la Mansión, para volver a su vida rutinaria y solitaria.

Los abogados empezaron a hablar y entonces Daniels Travers ocupo el asiento al lado de ella, y no pudo evitar sentir una aniversion hacia su persona, y esto fue notorio para él.

—Buenas tardes Señoras y señoras- Inicio Gustavo Moncada, el abogado de la familia y gran amigo de Frank.

—Primero antes que leer el testamento, tengo una encomienda especial, son estas cartas que dejo Frank para su esposa y su hija.......hizo una pausa- Melisa Hartley

Se hizo un silencio de pronto, Melisa pudo sentir la tensión en el lugar, la mirada despreciativa y llena de odio de Doña Lucia y la seriedad de Daniels, pero haciendo uso de su dominio propio, tomo la carta que más tarde en la soledad del avión que la llevaría de regreso a su ciudad, leería con calma.

—Ahora sí, procederé a leer el testamento

En los siguientes minutos el abogado leyó el testamento tal cual lo había redactado en pleno uso de sus facultades mentales, Frank Travis.

- A mi querida esposa, la cual siempre ame hasta el último día de mi vida, le heredo todas mis propiedades desde esta mansión, los apartamentos que tenemos en malibu y en Mallorca, la mansión de Beverly Hill, así como la mitad de toda mi fortuna que es suya por ley.

Melisa pudo darse cuenta que Doña Lucia lloraba, pero no era porque su esposo le hubiera dejado cosas materiales, lloraba por ese hombre que había amado con todo su corazón. Sofía a su lado la abrazo.

El abogado prosiguió con la lectura

—A mi hijo Daniels, quien no necesita fortuna, pues ha logrado con su propio esfuerzo llegar a ser un empresario reconocido, le heredo la colección de mis autos, ya que compartió conmigo este pasatiempo

Daniels si no dejaba entrever ninguna emoción.

—A Vincent quiero darte un consejo una vez más, trata de asentar cabeza, te dejo un fideicomiso del cual solo podrás hacer uso si cumples una condición y es que empieces a trabajar en el Corporativo y al cabo de un año hayas demostrado madurez y buen juicio, podrás recibirlo.

Vincent parecía estar en shock y Melisa le divirtió su expresión atónita. Al parecer Vincent era la oveja negra de la familia, le gusto, tan diferente a su estirado y perfecto hermano.

—A mi preciosa hija, Sofía, la cual amo con todo el corazón, también te dejare un fideicomiso el cual recibirás a los 21 años, y cuyo albacea nombro también a Daniels, que en sus manos sé que multiplicara ese capital, también el pago íntegro de la academia de Música, y espero un día desde el cielo escucharte tocar, hazlo con todo el corazón porque yo te estaré escuchando.

Al escuchar esto, Sofía no pudo evitar derrumbarse en llanto, llanto que había contenido y ahora afloraba. Abrazo a su madre y así permanecieron hasta que logro recuperarse y el Lcdo. Moncada decidió entonces seguir con la lectura del testamento.

—Por ultimo a mi hija Melisa quiero pedirte una vez más perdón por no haber estado allí presente en los momentos más importantes de tu vida, perdóname por haberte negado la oportunidad de tener una familia, pero espero ahora poder hacer un acto de justicia y devolverte lo que siempre tanto has anhelado.

Se podía sentir la tensión en el ambiente, todos aguantando la respiración para oir lo que el Licenciado tenía que decir referente a ella.

El Abogado respiro profundo y mirando detenidamente a cada uno de los presentes, supo que lo que iba a decir a continuación traería repercusiones y revelo finalmente:

—Es mi ultima voluntad y en plena facultad y lucidez, que vivas en mi casa, junto a mis amados hijos y esposa por el periodo de 1 año, al término del cual recibirás un fideicomiso de 1.000.000,00 dólares

La mirada despreciativa de Doña Lucia no se hizo esperar, mientras que Daniels permanecía igual de frio, e indescifrable.

"Totalmente inexpresivo e indolente"- indico Melisa para sí.

Pero allí no acabo todo, pues Moncada continuo diciendo:

—Aunado a esto, también te heredo el 30% de mis acciones en el Corporativo, y podrás asumir ser parte del comité para la toma de decisiones, confió en tu buen juicio, tu inteligencia

Fue como una bomba que hubo explotado dejando un silencio mortal

Melisa no salía de su asombro, que significaba aquello, no podría marcharse de la mansión y seria accionista de la empresa junto con la Sra. Lucia, Vincent y Sofía que tenían un porcentaje mínimo.

—No aceptare eso, apelare- riposto la Sra. Lucia de inmediato.

—Está en todo su derecho señora, - acepto calmadamente el abogado- pero le advierto que solo se enfrentara a un juicio largo y tedioso, donde todos los bienes serán congelados, y a menos que pueda demostrar que el Frank no estaba en su santos cabales, cosa, que le será muy difícil demostrar, será perdido de tiempo y esfuerzo.

- Eso lo veremos- soltó el reto.

Doña Luciana abandono el lugar acompañado de Daniels quien antes de irse le dirigió una mirada fría.

Dios, si las miradas mataran......

Animo Melisa. Se dijo- aquí lo único que importa es que tendrás un año para conocer más a Sofía y ser parte de una familia que estaba dividida en afectos. Sabía que Sofía y Vincent la recibieron con agrado así como Daniels Travers y su madre la odiaban.

Pasaron los días, y Melisa opto por salir poco de su habitación.

Pedía le sirvieran las comidas en su habitación, y una que otra vez bajaba al jardín y allí charlaba con Vincent o visitaba Sofía en su habitación,.

Las hermanas se habían vuelto muy unidas, y eso la hacía muy feliz y la ayudaba a soportar todo lo demás.

Los desplantes de Daniels, la desaprobación de Doña Lucia.

Todo era soportable si podía optar a la esperanza de una familia.

Doña Lucia entro a la biblioteca donde su hijo Daniels Travers, estaba al teléfono, así que fue y se sentó frente al escritorio tallado en madera que su esposo había adquirido en Italia.

El adoraba ese lugar, allí solía pasar horas enteras en la noche, llamando a sus socios, cuadrando negocios con clientes, o simplemente leyendo un libro de su amplia biblioteca.

Daniels colgó el teléfono Y le dirigió una sonrisa a su madre.

La madre que llego a amar con el corazón, sin ser realmente su madre biológica

Y es que lo que mucha gente desconocía, es que Doña Lucia había adoptado a Daniels cuando este tenía 10 años y a su hermano Vincent de 2 años. Solo este secreto lo había sabido su difunto esposo, y Sofía.

Pero aun así esa mujer que estaba frente a él, nunca hizo diferencia entre sus hijos adoptivos y su hija biológica, tampoco Frank,

Había sido amado por ellos y por eso le amaba tanto.

Daria lo que fuera por su madre, pero como un hombre independiente y dueño de sus decisiones, había tenido que ponerle un alto, al quererlo manipular en otras áreas de su vida.

Y en este caso particular que vivían en el presente, sabía que tenía toda intención, de que el tomara partido por ella y unieran fuerzas para lograr sacar de sus vidas a Melisa. Pero él no estaba dispuesto a hacer algo en este sentido. Se lo prometió a Frank, que velaría por sus hijas, incluida Melisa y lo haría, aun a su pesar.

—Con quien hablabas?- le pregunto Doña Lucia a Daniels cuando  colgó el teléfono.

— Hablaba con Alejandro,- era su socio- debo regresar pronto a Brasil, hay asuntos de negocios que demandan toda mi atención.

—Daniels no puedes irte y dejarnos con semejante embrollo que armo Frank, - negó escandalizada- no puedo ni aceptare a esa chica en nuestras empresa

—Lo siento madre, tengo mi vida, vivo desde hace 8 años en Brasil acepte venir aquí, por la gravedad de salud de Frank, pero mis negocios, mi vida, todo está allá y en estos momentos...

—Y nosotros y el Corporativo,- lo interrumpió molesta- créeme aunque se algo del negocio, no me siento capacitada para llevarlo sola, no en este momento

—Te recomendare a unos asesores confiables.- indico el

Doña Lucia lo fulmino con la mirada y continúo con firmeza

—Esa niña tiene el 30% que significa eso, que a la hora de tomar una decisión ella tendrá mucha influencia. Nos llevara a la quiebra, quizás eso haga, para vengarse del hecho que no tuvo una familia y su padre no estuvo con ella.

—No te inventes una novela de todo esto-inquirió en tono despectivo

—Daniels te necesito, eres mi hijo, me lo debes, 1 año es lo que te pido, o antes si la convencemos de comprarle las acciones

Comprarle las acciones, no se le había ocurrido, y esto podría ser una solución viable. Melisa se iría con una cuantiosa suma de dinero, por la venta de las acciones más el fideicomiso, y  él podría volver a Brasil a su vida normal, tranquila y sin muchos sobresaltos como estaba acostumbrado.

Asi que termino accediendo:

—Madre, antes de tomar una decisión, pondremos los puntos sobre la mesa, esperemos acceda a vender su acciones y así podremos cerrar ese capítulo-acordó.

Tal como lo decidió con su madre, le ofrecerían a Melisa Hartley un trato, por eso unos días después la cito en las oficinas del Corporativo para tratar lo que el asumió como un asunto de negocios.

Melisa entro algo cautelosa y con mucha incertidumbre, pero que Daniels Travers develo rápidamente el misterio al exponer

—Este es el trato, esta cantidad- le mostró un papel con una suma exorbitante, Melisa jamás había visto tantos ceros juntos, el continuo confiado al ver la expresión de asombro de la joven- a cambio de tus acciones, tan pronto firmes te será depositada en una cuenta y podrás hacer uso de ella sin condiciones, eso quiere decir, que no tendrás que esperar 1 año a recibir un fideicomiso, pues aquí te estamos ofreciendo mucho más de lo que alguien como tu puede soñar

¡Alguien como ella!, que significaba eso, una persona pobre, insignificante, eso era para él. Así que enfurecida decidió responder a cada uno de sus insultos

—Y quién soy yo, una huérfana que siempre aprendió a vivir con limitaciones, claro, una persona que viene de la nada, de la pobreza, esto que usted ofrece la deslumbraría, no dudaría, eso si mi aliciente fuera el dinero, pero no es así- concluyo indignada y tratando de controlar la ira que tenía.

Daniels se negó a dejarse convencer, sabía que tenía razón y cuanto ella sufrió, pero su interés en estos momentos es que ella saliera de su vida y el poder regresar a Brasil a hacerse cargo de sus negocios y de su vida.

— Todo quieren dinero, no vengas con hipocresías- espeto sonando y lo sabía despreciativo.

—Se nota que se ha rodeado de personas que no son las más adecuadas- riposto ella ahora.- Solo déjeme decirle que el dinero no siempre es lo más importante, te puede dar estabilidad, lujos, viajes , pero no da paz, salud y amor

—Para que quiero eso, si con dinero lo puedo comprar- contradijo clavando su mirada profunda en ella.

—Nuevamente se equivoca, ni la paz, la salud y mucho menos el amor se compran.

Cansado de debatir y especialmente porque sabía que en cada palabra dicha tenía razón, procedió a cuestionarla y quizás por ese lado lograr que accediera irse voluntariamente.

—Cuál es tu juego, hacerte la digna para lograr un trato mejor.

Ella respiro profundo, negándose a perder los estribos, no delante del "señor pomposo y amargado".

- Mis motivos para quedarme son muy diferentes, quiero poder compartir más tiempo con mi hermana, quiero ser parte de la empresa como socia, como sabe tengo un título en administración de empresas, así que este sería otro sueño cumplido, tener el trabajo que me gusta y Tercero...- callo y mentalmente expreso:

"Tercero: la increíble atracción que sentía por el"-esto último fue un pensamiento testarudo que por supuesto no develaría

-— Tercero cuál? Demando visiblemente molesto ante esa actitud inesperada de Melisa. ¿Quién se creía ella para retarlo de este modo?.

Melisa se puso de pie y puntualizo:

—Nada, no hay tercero, ahora si me disculpa me voy. Ahora indíqueme a que hora debo estar aquí mañana para la junta de accionista.

— Iniciamos a las nueve puntual- respondió a regañadientes y a pesar de su enojo tuvo que reconocer que Melisa Hartley tenía valor.

— Aquí estaré puntual. Que tengas buenas tardes Sr. Travers

Y salió de aquel lugar convencida que había hecho lo correcto y lo mejor.

Era la voluntad de su Padre la que prevalecería ante todo

Como era de esperarse Doña Lucia estallo cuando le fue notificada la noticia por Daniels Travers. Estaban en el Despacho de la mansión.

—Como que no acepto, que atrevida, quien se cree que es para retarnos de esta manera

—Sin duda tiene el carácter de Frank- apunto sin inmutarse y ¿admiración?.

—Esa niña lo que es, es una arribista, pero ya vera que es enfrentarse a mí, nunca aceptare a esa bastarda como parte de nuestra familia, si quiere guerra, guerra va tener

—Por ahora no es mucho lo que podamos hacer, dejemos que el tiempo sea nuestro mejor aliado- le aconsejo.

Lucia Travers de Travis indico:

—Entonces que de debemos esperar que ella decida voluntariamente renunciar a todo, claro está, llevándose una buena tajada del pastel, ahora debe estar pensando que se ganó la lotería y lo más probable es que esté esperando solo que le ofrezcamos otro cheque con una cantidad aún más tentadora - puntualizo Doña Lucia.

Melisa Hartley estaba indignada en su habitación, al recordar el trato y las palabras hirientes que Daniels le había proferido en las oficinas del Corporativo Travis C.A y no pudo evitar sentir un dolor grande al sentir tanto odio y desprecio por parte de Doña Lucia y Daniels.

Esa noche lloro mucho, nuevamente vino a ella esa sensación que la acompañaba cuando era niña y estaba en el orfanato, era un sentimiento de soledad, de que nadie la quería, y que jamás conocería lo que era tener una verdadera familia, sentirse amada, segura y protegida.

Al dia siguiente la luz de la mañana se coló por uno de los ventanales y despertó a Melisa quien de inmediato vio el reloj y se dio cuenta que era casi las 8:45 y a LAS 9:00 era la hora era la reunión de accionista. Así que salto de la cama para darse un duchazo, maquillarse y vestirse, pues hoy era un día muy importante, donde una nueva batalla de voluntades estaba por darse. Anoche había llorado mucho ahora debía limpiar toda lágrimas y ser fuerte, muy fuerte para enfrentarse a sus enemigos.

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