CHASE
—Primero:—comienzo enumerar con mis dedos—gracias por tu ayuda. Segundo: Si quieres, puedes acercarte más hacia mi, no tengo ninguna enfermedad contagiosa—río, pero ella no lo hace.
—Aquí estoy bien—observa a su alrededor, toma el taburete de Mickey Mouse que hay debajo del escritorio, lo observa intentado aguantar la risa, lo deposita frente a mi cama casi al lado de la puerta y toma asiento.
—Tercero: me has dejado plantado, no has ido al bingo. Desilusionaste a mi abuela, eres cruel Fairchild...—hago un gesto de dolor colocando mi mano en mi pecho
—Yo...
—No te excuses—la interrumpo— ya es demasiado tarde. El daño ya está hecho