—Creo que deberías respetar su decisión, Sr. Dereck. Ella quiere que te vayas —dijo el príncipe Travis, metiendo las manos en los bolsillos.
Dereck sintió como si una bestia malvada le estuviera destrozando el corazón. Los dolores agudos que sentía en su pecho eran como si alguien le estuviera clava