Un frío le subió a Akari de los pies, y apretó los dedos con fuerza; solo entonces volvió a la realidad. Desvió el mirar con rapidez y respiró hondo, para después aclarar su garganta, y sentir cómo la tensión de su cuerpo descendía, a la parte de unos latidos acelerados de los que ni siquiera se había percatado.
En ese momento, Minato también entendió la clase de momento en la que los dos estaban metidos, y llevó la vista a su vaso con té, con una sonrisa juguetona en los labios.
—¿Cuándo es pertinente ir con la policía? —Akari preguntó, volvió a respirar hondo, y recorrió con la vista todo lo que estaba frente a él en la sala. Acto seguido, tomó un par de tragos de té.
Minato apretó su vaso con té, y se estiró hacia adelante, para dejarlo sobre la mesa, porque no