En ese momento, Ivy miró a Darryl detenidamente con dudas. ‘¿Cómo hizo eso?’.

Ivy también estaba furiosa. Una docena de soldados fueron realmente engañados por un esclavo. Si otras personas se enteraran, ¡serían el hazmerreír de toda la Ciudad de San Morio!

Entonces, llegaron más soldados del castillo. "¡Atrápenlo! Córtenle las piernas", gritó Ivy, enfurecida.

Fuu.

Los soldados se abalanzaron para atacar a Darryl y, en un instante, todo el castillo se volvió un caos. Darryl vio que los soldados se movían en formación y su sonrisa desapareció mientras fruncía el ceño.

‘M*erda. No podemos seguir así’, pensó.

Este lugar le pertenecía a otras personas y sería perjudicial para él si esta situación se prolongaba.

"¿Qué está pasando?", dijo una voz grave mientras un hombre de mediana edad entraba acompañado de varios soldados.

El hombre llevaba una túnica azul oscuro con bordados exquisitos. Las esquinas de la túnica estaban forradas con gemas y ágatas, lo que le daba un aspecto